Donostia homenajea por primera vez a Mikel Zabalza con la presencia del Gobierno

Han pasado 35 años. Más de tres décadas desde que el cuerpo de Mikel Zabalza apareció en aguas del río Bidasoa, y este sábado fue la primera vez que una institución vasca homenajeó en un acto oficial al joven chófer de autobús, de 32 años y natural de Orbaizeta, detenido en la madrugada del 26 de noviembre de 1985. Una fecha que marcó para siempre a la familia Zabalza.

Aquel día, Mikel fue detenido por la Guardia Civil en su vivienda del barrio donostiarra de Altza por su presunta vinculación con un atentado mortal contra dos soldados y un guardia civil en Pasaia. Siempre se negó su pertenencia a ETA. Sin embargo, veinte días después de ser trasladado al cuartel de Intxaurrondo, su cadáver apareció en una zona que ya había sido rastreada con anterioridad. Zabalza estaba esposado y la versión oficial que ofreció la Guardia Civil fue que se arrojó al agua cuando trataba de huir de los agentes que le trasladaban maniatado, pero su familia sigue tratando de demostrar que fue torturado hasta la muerte en aquellas dependencias policiales, como aseguraban varios testigos.

35 años después de aquel episodio que sigue sin esclarecerse judicialmente, Zabalza fue homenajeado por el Ayuntamiento de Donostia con una ofrenda floral ante una placa en memoria del trabajador del consistorio, mientras una melodía interpretada por unos txistularis llenaba un salón de plenos al que acudieron todos los grupos con representación municipal. También el PP, con el concejal Jorge Mota al frente, cuyo hermano fue asesinado por ETA en 1990. También asistió el delegado del Gobierno en Euskadi, Denis Itxaso; así como la directora de Gogora, Aintzane Ezenarro; el viceconsejero de Derechos Humanos, Memoria y Convivencia, José Antonio Rodríguez Ranz; y el director de Derechos Humanos de la Diputación Foral de Gipuzkoa, Jon Gambra.

El alcalde de San Sebastián, Eneko Goia, tomó la palabra para exigir que se arroje luz a este caso y así la familia pueda «cerrar las heridas que permanecen abiertas». Para eso, pidió «respuestas» al Gobierno, a «aquellos que tienen la responsabilidad, autoridad y capacidad» para esclarecer los hechos. «El Estado tenía la responsabilidad de velar por la seguridad de Mikel. Pero lo único cierto es que fue detenido. Os lo arrebataron vivo, y os lo devolvieron cadáver», dijo Goia.

El regidor donostiarra, que reclamó «memoria, reparación y justicia para todas las víctimas de la violencia», dio la palabra a la hermana de Mikel, Lourdes Zabalza. Agradecida por el apoyo institucional, pidió «al Estado español que reconozca la verdad». «Nosotros ya la sabemos -dijo-, mi hermano murió torturado».

Denis Itxaso argumentó en Twitter que su presencia en el acto «tiene el sentido de reconocer que la convivencia en este país solo se puede construir si conseguimos derribar la barrera de los prejuicios». «En Euskadi hay muchas sensibilidades y demasiado dolor no procesado, pero hay que tener la altura moral de entender que solo tendremos futuro si sembramos junto a las nuevas generaciones un presente sin odio. Y actos como el de hoy pueden ser una valiosa contribución», sostuvo.