Un arranque de alto voltaje
La mirada ·
La asignación de las codiciadas inversiones de la UE y las elecciones catalanas, si se celebran, marcan el inicio del año políticoEl año político arranca con dos piezas de distinto tenor irrumpiendo ya abiertamente en el tablero: el reparto de los proyectos de futuro que optarán ... a los codiciados fondos de la UE asignados a España -casi 60.000 millones solo en inversiones- y las elecciones en Cataluña previstas, si la tercera ola vírica no las revienta, para el 14 de febrero. En ambos casos, el epicentro se desplaza hacia el Gobierno de Sánchez, que es al que corresponde liofilizar la lista de candidaturas autonómicas a las ayudas europeas antes del 30 de abril; y que ha hecho bascular la precampaña catalana hacia la candidatura del responsable de Sanidad, Salvador Illa, para tratar de convertir al PSC en el dique que impida otra mayoría absoluta del independentismo y que éste llegue a sumar, por primera vez, más del 50% de los votos. Se avecinan de nuevo semanas de alto voltaje. Vayamos por partes.
Pulsos vascos con Europa de telón
El primer 'round' en la carrera hacia la atribución de los fondos europeos se ha saldado en Euskadi con cohesión aparente en el entramado foral y algunos resquemores en el municipal. Hay que partir de la base de que por millonarios que sean, ni los fondos son ilimitados ni pueden financiar cualquier ocurrencia, dado que exigen innovación y capacidad transformadora. En la elección hay que ser ejecutivo -tiene razón el consejero Azpiazu cuando sostiene que el proceso de elección es inoperante si se convirtiera en asambleario-, pero eso no exime a los distintos gobiernos, también el vasco, de mostrarse lo más transparentes, explicativos e integradores que sea posible.
Que Illa sea ministro y presidenciable catalán al tiempo es un 'mix' tan inusual como problemático
Con todo, en la disparidad de reacciones ante la primera criba que el lehendakari ha trasladado ya al presidente Sánchez laten nuestra compleja estructura institucional y los pulsos que se han librado y se libran en la escena política propia. Pugnas entre instituciones y entre partidos, a varias bandas y entrecruzadas. La satisfacción de la Diputación de Gipuzkoa por que sus proyectos estratégicos hayan pasado ese cedazo inicial trasluce los tiras y a flojas territoriales para evitar que el filtro se decantara por Bizkaia y atenuar los riesgos de quiebra en la cohesión interna del país. Esos potenciales desequilibrios se habían erigido, a su vez, en la bandera con la que EH Bildu ha agitado el debate sobre los fondos europeos tratando de presionar al lehendakari y al PNV por dos flancos: la amenaza de agravio hacia Gipuzkoa, donde el duelo entre las dos familias nacionalistas es más acerado, y la renuencia del lehendakari a dialogar con la oposición. Resguardados -o eso parece- los distintos intereses forales en juego, los peneuvistas y la coalición abertzale han escenificado sus diferencias en Eudel, con el presidente Urtaran alineado con el Gobierno y la vicepresidenta Alkorta, crítica por la descompensación hacia las capitales y la falta de consenso. Reproches que esgrime también el otro vicepresidente y alcalde de Irun, José Antonio Santano, en una posición más delicada porque los socialistas comparten el Ejecutivo vasco y lideran el español.
En busca de un 'efecto Salvador'
Tras dar la campanada con el anuncio sobre Illa, la Moncloa va a optar por una transición en diferido en el Consejo de Ministros no exenta de aristas, dado que el dirigente catalán compatibilizará su cargo gestionando la pandemia con la candidatura a la Generalitat hasta que se abra la campaña. Ministro y presidenciable autonómico es un 'mix' tan inusual como potencialmente problemática. Entre nosotros, y por citar un precedente, Aznar relevó a Mayor Oreja al frente de Interior al día siguiente de ser designado aspirante a lehendakari en 2001, aunque lo fuera 'in pectore' durante meses. Ayer, Illa incidió en la senda abierta por Sánchez al repartir responsabilidades en la duradera crisis catalana. Lo que alienta la vía de los indultos y, con ella, el choque entre poderes del Estado, Supremo y Fiscalía mediante.
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