El Tribunal Supremo dio ayer luz verde a la exhumación de los restos mortales del dictador Francisco Franco 44 años después de su muerte y, ... de esta manera, cierra un ciclo histórico. Con la resolución judicial en la mano, resulta incomprensible e inaudito que hayan tenido que transcurrir más de cuatro décadas para que aquel féretro que fue enterrado bajo una lápida de granito de 2.000 kilos de peso sea exhumado de ese mausoleo levantado en el Valle de los Caídos a imagen y semejanza del propio impulsor del golpe militar que provocó la Guerra Civil española, con un saldo de medio millón de muertos. Era todo un oprobio que el cadáver de Franco se mantuviera en un espacio público creado en su día para ensalzar la dictadura y a sus mentores -también yace allí el falangista José Antonio Primo de Rivera- y que ningún gobierno lo revocara.
Desde que el presidente del último Gobierno franquista, Carlos Arias Navarro, llorase por televisión el fallecimiento del dictador, ningún ejecutivo democrático había movido ficha para alterar la ubicación en la que se halla todavía el dictador. Y fue Pedro Sánchez, el líder socialista que está ahora en funciones y aspira a formar un Gobierno estable tras la repetición electoral del 10-N, quien movió pieza para que la lógica que nunca se hacía realidad pueda convertirse en un hecho consumado.
El traslado del cuerpo de Franco al cementerio de El Pardo -residencia oficial del dictador- fue una de las propuestas estrellas que Sánchez, un mes después de ganar la moción de censura, que enseguida puso en marcha y que ha logrado que el alto tribunal lo avale. El líder socialista apostó fuerte por que el cuerpo del general abandone el Valle de Cuelgamuros y está a punto de conseguirlo, en puertas de una precampaña que con esta resolución inicia con viento de cola. Falta conocer el recurso que la familia presentará en el Tribunal Constitucional y un recurso administrativo, pero la exhumación está más cerca que nunca. Mientras, solo un dirigente madrileño del PP comentó públicamente y de forma lacónica la noticia. «Nos ocupamos de los vivos», dijo. Sin comentarios.
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