El modelo de país
La cancelación preventiva de un curso de criminología de EHU por la presencia de dos ertzainas en una charla supone un lamentable episodio en una ... cadena de despropósitos que tienen como telón de fondo el acoso a la Policía vasca desde un determinado sector político y social de la juventud vasca en el que libran un duelo por la hegemonía los jóvenes de la izquierda independentista y los de GKS.
Se supone que el curso se suspende ante el riesgo de que se produjera algún escrache contra los ertzainas. No se trata de una anécdota sin importancia o que haya que minusvalorar para tener la fiesta en paz. Se trata de una conducta que hay que denunciar. Quienes practican ese señalamiento ejercen la caza de brujas y la estigmatización. Hoy son policías pero mañana pueden ser profesores, empresarios, políticos o periodistas. La cultura política que hay detrás de ese marcaje es incompatible con una sociedad democrática en la que la libertad de docencia es un principio irrenunciable. Si empezamos a cercenar esos derechos vamos a una democracia bajo el chantaje en las que la demonización de los discrepantes abre un camino muy peligroso. Y si lo hacemos en un curso de Criminología, pues es como para preocuparse.
En abril de 1982, un euskaltegi de HABE de San Sebastián mantuvo las clases pese a la huelga de los alumnos por la presencia de unos policías nacionales. Algunos de los protagonistas de aquella protesta recuerdan el debate que se suscitó, que reflejó un enorme déficit en la convivencia. El contexto de la época era, en abril de 1982, bien diferente al de hoy, con el terrorismo de ETA y la guerra sucia golpeando con enorme dureza.
Aquí no está en juego el modelo policial, lo que se libra es una partida sobre el futuro modelo de país en el que no queremos una nueva Inquisición que nos dicte quiénes son los ciudadanos decentes y quiénes los ciudadanos represores y enemigos del pueblo. Esa música la conocemos demasiado bien y no nos gusta nada.
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