Un adiós sin lágrimas en el partido en Euskadi
Sus ya antiguos aliados vascos acogen con frialdad la salida de Errejón, del que ya se habían alejado tras Vistalegre II
El adiós de Errejón no provocó lágrimas en Podemos Euskadi. Los que hasta ahora habían sido sus aliados acogieron con frialdad su salida. Desde el ... minuto uno de la crisis abierta en Madrid, la dirección vasca, capitaneada por Lander Martínez, censuró de lleno la actuación del exnúmero dos del partido morado, se desmarcó de una polémica que no quiere que salpique en Euskadi y mostró su preocupación por la repercusión que pudiera tener entre su militancia el nuevo conflicto interno. El enésimo de una formación en el que las heridas no terminan de cicatrizarse. Un nuevo golpe que llega a la formación vasca en pleno intento de lograr su ansiada estabilidad interna. Y, además, una tormenta que se produce en el peor momento, a tan solo cuatro meses de la celebración de las elecciones forales y municipales.
Por eso, ayer, el propio Martínez salió a pedir perdón a los suyos: «La disputa interna es lo último que espera la ciudadanía. Hay que ser humildes y decir que lo sentimos». No obstante, también a las horas de saltar a la luz la polémica, la dirección vasca ya reprobó la manera de actuar de Errejón y se desmarcó de la crisis de Madrid. «Las cosas no se hacen así. Los conflictos internos deben resolverse en casa y no en los medios», lamentaron. Pese a que no es ningún secreto que Errejón siempre mostró su máximo respaldo a la cúpula vasca -fueron muchas las veces que el cofundador de Podemos pisó Donostia para hacer visible ese apoyo en campañas electorales-, la ejecutiva de Martínez no dudó en reprobar «esa manera de hacer poco adecuada».
En cualquier caso, con la llegada a la dirección del nuevo secretario general, la formación en Euskadi quiso despegarse del amparo del exnúmero dos. De hecho, durante los meses previos a la celebración de Vistalegre II, la cúpula vasca quiso distanciarse del pulso Iglesias-Errejón y de una campaña en la que prevaleció el conflicto. El pasado jueves, fuentes del partido aseguraron a este periódico que aquí, en Euskadi, ya no existía el errejonismo, «si ya empezaba a cojear, ahora está muerto».
En Bilbao, ayer, Martínez zanjó que se trata de un asunto de Madrid y que «allí lo deben arreglar». También que desde Euskadi se «respetará» cualquier decisión que tomen, «como supongo que harían ellos con las decisiones que tomemos nosotros». Manifestó su deseo de una candidatura unitaria para la Comunidad de Madrid, aunque reconoció que el «escenario» no es «favorable» y está «difícil» un acuerdo entre Podemos y Más Madrid, la plataforma de la alcaldesa, Manuela Carmena, a la que se suma Errejón.
También reconoció que en Euskadi, pese a las «tensiones», siempre han sido capaces de «dejar las disputas internas al margen» y llegar a acuerdos «entre diferentes». Incluso quitó importancia al enfrentamiento con la dirección de Pablo Iglesias en las primarias para elegir los candidatos para el Congreso y el Senado por confeccionar su lista, que fue la ganadora, sin contar con la dirección de Euskadi.
Expulsiones en Navarra
Además de Madrid, los problemas afloran en otras organizaciones territoriales. En Navarra, un fallo de forma hizo ayer que la Mesa del Parlamento foral paralizase, de momento, su decisión sobre las expulsiones del grupo parlamentario de Podemos-Orain Bai de los tres parlamentarios que siguen en la formación morada y a los que los cuatro parlamentarios críticos quieren dejar fuera. La Mesa siguió así el criterio del informe jurídico solicitado y en el que el letrado mayor sostiene que la comunicación de las expulsiones por parte de Orain Bai no es suficiente, sino que se necesita una reunión del grupo parlamentario, oficialmente convocada, en la que se adopte el acuerdo y se levante acta. Este órgano ha dado hasta 10 días hábiles para subsanar este error, aunque el informe aprecia un vacío reglamentario y sugiere que se podría aplicar la ley antitránsfugas. De ese modo, los expulsados no serían los tres parlamentarios de Podemos, sino los cuatro críticos de Orain Bai.
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