Acercamientos de presos que «respeten» a las víctimas y fin de los 'ongi etorris'

-Todas las decisiones que sean compatibles con la justicia restaurativa tienen que ser plenamente respetuosas con los principios de la justicia victimal. Lo que significa que el preso tienen que hacerse responsable del daño causado y trasladar un compromiso activo de que hará todo lo que está en su mano para reparar ese daño. Desde ahí habría que analizar todas y cada una de las decisiones de la política penitenciaria; decisiones que conectan, además, con el objetivo constitucional de la reinserción.

- Dado que es posible aproximar tanto a un preso que haya emprendido esa rehabilitación como a otro que no haya apostatado de la violencia, ¿eso exige un tratamiento diferente una vez trasladados?

-Tendríamos que valorar en cada caso qué aporta esa decisión para el reconocimiento del daño injusto causado, qué aporta en el esfuerzo activo para reparar el daño en todo lo posible. Qué aporta, en definitiva, desde la responsabilización del victimario.

- Entonces, si tenemos un preso lejos de Euskadi que no se hace consciente de ese daño, ¿no habría que acercarlo?

-No voy a dar respuesta a casos concretos. Como la pregunta es sobre la justicia restaurativa, prefiero centrarme en cuáles han de ser sus premisas.

- ¿Esto exige más pedagogía con la víctimas de ETA?

-Exige tener clarísimo que la justicia restaurativa solo se puede diseñar desde las necesidades de las víctimas. Y, por tanto, desde el reconocimiento de su significación y de la importancia de la deslegitimación del discurso que justificó esa victimización.

- ¿Tiene que dejar la izquierda abertzale de organizar 'ongi etorris'?

-Ahí no me cabe ninguna duda. Un 'ongi etorri' supone revictimizar a las víctimas.