La presa de ETA Majarenas podrá vivir en un piso de acogida con su hija, apuñalada por su padre

La presa de ETA Sara Majarenas y su hija Izar, de tres años, podrán vivir juntas en un piso de acogida que pertenece a la fundación Padre Garralda. La pequeña, que sufrió un apuñalamiento que casi le lleva a la muerte por parte de su padre, salió de un centro hospitalario después de seis semanas y, aunque ha vivido toda su vida con su madre en diferentes cárceles, debía dejar hoy a su madre en la prisión valenciana de Picassent al cumplir los tres años. Pero las circunstancias especiales de la madre y la niña han provocado que el juez de vigilancia penitenciaria, Jose Luis Castro, haya decidido dar a la madre el segundo grado, lo supone que la madre convivirá con la pequeña en un centro de acogida. Una manifestacióh ha recorrido esta tarde el centro de San Sebastián en apoyo a la reclusa.

Este centro según el juez permitrira a las dos recibir el "apoyo y afecto que necesitan para solventar las dificultades que pueden derivar de una separación contraria a la protección que todo menor en situaciones máxime en situaciones tan graves, extraordinarias y excepcionales como ésta". Se refiere el auto al apuñalamiento que sufrió la pequeña por parte de la pareja de la madre que la hirió gravemente en el torax y en un brazo.

El auto del juez de vigilancia penitenciaria recoge los informes técnicos que argumentan que la separación de la menor con su madre podría poner en riesgo la incipiente recuperación de ambas especialmente de la niña que tiene tres años y no entiende la situación.

Jose Luis Castro también tiene en cuenta para tomar este decisión la desvinculación de la interna de ETA y la petición de perdón a las victimas de la organización terrorista. La pareja de la presa de ETA, un etíope de origen griego, aprovechó un permiso de fin de semana el pasado 16 de enero autorizado por la madre para apuñalar a la pequeña. Para que un menor salga de prisión es condición indispensable el permiso expreso de la progenitora.