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ELISA LÓPEZ
Domingo, 24 de julio 2016, 08:50
El trauma por la desaparición de su hermano Joxi, presunto miembro de ETA secuestrado, torturado y asesinado por los GAL, fue tal que a los 15 años casi dejó de hablar y sonreír. Ahora, a los 48, Pili Zabala habla, ríe y disfruta de la sorpresa que le ha deparado la vida. Cuando hace unos días Nagua Alba le sugirió si quería ser su candidata a lehendakari, no lo dudó. Dijo que sí de inmediato. «Conocéis una faceta de mi vida, pero tengo muchas más», anuncia. Y lo dice con decisión y aplomo. Porque bajo esa figura menuda, se esconde una mujer fuerte, con ganas de liderar en Euskadi un proyecto como el de Podemos. «Nunca pensé que estaría aquí. Mi marido dice que no dejo de sorprenderle, ¡ni treinta años después!», bromea. Se refiere a Jesús Mari, que siempre está a su lado, como sus hijos Hisham y June, de 10 y 12 años. «No les choca verme en los medios. Están acostumbrados».
-¿Por qué tendrían que votarle, ahora, en las primarias de Podemos, y luego, en el conjunto de Euskadi?
-Por mi perfil humano. Vengo a humanizar la política. A aportar sentido común. Soy una persona seria, honesta. Pero no solo eso, defiendo unos pilares básicos. El principal es el empleo. Es importante que los jóvenes tengan garantizado un futuro laboral en su propio país, el que les ha visto nacer y crecer y en el que han realizado sus estudios. Empleo también para las personas de mediana edad que no encuentran trabajo y necesitan esperanza. Y luego están los pensionistas. Vemos lo que está sucediendo con la hucha de las pensiones y es necesario que los ciudadanos se sientan seguros y tengan la tranquilidad de que cuentan con una economía solvente. También es importante defender nuestras instituciones y hacerlas más accesibles y útiles. Y, por supuesto, afianzar un futuro de paz y convivencia en el que todas las personas se sientan representadas. Nuestro proyecto no quiere dejar atrás a nadie.
-Es usted un símbolo moral, ¿pero esa es una condición suficiente para ser candidata a gobernar un país?
-Es verdad que soy conocida en el plano de los derechos humanos. Es un aspecto de mi vida. Pero tengo muchísimos más. He demostrado que soy una persona emprendedora; con 24 años abrí mi propia clínica odontológica, y sé desenvolverme perfectamente en el mundo empresarial. Fui docente durante doce años en la Enseñanza. He sido trabajadora de Osakidetza. Es decir, conozco por dentro todas estas instituciones, y reconozco que hay muchos factores a mejorar. Toda esta trayectoria me da una gran amplitud de miras.
-Usted proviene de una familia nacionalista, pero ha entrado a formar parte de un partido que no lo es. ¿Se siente abertzale?
-No. Yo soy una ciudadana del mundo. Una mujer vasca, europeísta crítica y que asiste con honda preocupación a lo que está ocurriendo en el mundo. Porque en el mundo han ocurrido muchas vulneraciones de Derechos Humanos con las que, por supuesto, no estoy de acuerdo. Y en mi familia no son nacionalistas. En mi casa nunca se ha hablado de política. Mis padres no tienen definición. Y si hubiera una característica que les podía definir es 'trabajadores y creyentes'. Cuando fueron identificados los restos de mi hermano Joxi, en el año 96, hubo elecciones y propusieron a mi madre y a la de Joxean Lasa ir en las listas de HB, pero fue algo simbólico. Y, ahora, cuando le he dicho a mi madre que me presento por Podemos, no me preguntó si soy nacionalista o qué soy, solo sintió orgullo. Un orgullo inmenso.
-¿Cómo va a plantear la campaña electoral? ¿Será un 'Podemos contra el PNV'?
-Ya es hora de ir cambiando estereotipos y ese pensamiento de confrontación. Porque aquí no hay enemigos, aquí hay proyectos políticos, aquí hay personas y ganas de trabajar, aquí hay mucha responsabilidad y un equipo fuerte con muchos proyectos. Ahora son los ciudadanos los que tienen que darnos la oportunidad.
-¿Debe tener miedo Urkullu?
-(Risas). No creo.
-Se lo pregunto porque, pese a su talante conciliador, la secretaria general de su partido, Nagua Alba, ha hablado en más de una ocasión de «desalojar» a los peneuvistas.
-Yo quiero gobernar, pero no desalojar a nadie. No voy a utilizar esa palabra. No me gusta nada. Aquí estamos haciendo un entrenamiento para correr una carrera de fondo, y cada uno deberá defender su proyecto. Desbancar, echar... no me gustan esos términos. Yo quiero gobernar, sí. Y hacer un país inclusivo, con igualdad de oportunidades para todas las personas. Una compañera de trabajo solía decirme: '¿A ti Pili, cómo no te llaman para esto o para lo otro? A otros sí les llaman». Yo le respondía que no tengo padrinos. A mí nadie me ha dado esa posibilidad. Hasta ahora.
-¿Y entonces llegó Podemos?
-Sí. Para mí el mejor proyecto.
-¿Le seduciría un gobierno de izquierdas a tres formado por Podemos, PSE-EE y EH Bildu?
-Es una opción. Podría ser un buen gobierno. Pero siempre es necesario poner los proyectos sobre la mesa y saber qué defiende cada uno para que no haya malos entendidos. Yo soy una persona de talante dialogante que persigue, sobre todo, llegar a consensos y a puntos de encuentro.
-¿Ese talante conciliador suyo puede colisionar con las posturas arrogantes que a veces se le achacan al líder de su partido, Pablo Iglesias?
-Cada uno tenemos una forma de ser y de presentarnos ante los demás. Cada persona es un mundo y tiene sus cualidades. Muchas veces esa arrogancia puede convertirse en virtud, y Pablo Iglesias ha conseguido ser muy virtuoso.
-¿Y un ejecutivo en clave identitario con PNV y EH Bildu?
-Vuelvo a decir lo mismo. Los proyectos sobre la mesa y todos los puntos y aspectos bien definidos. Hay que estudiar bien las propuestas.
-¿Cree que a EH Bildu le falta recorrido por cubrir en materia de paz?
-Creo que a muchos les falta todavía recorrido en materia de paz. No solo a EH Bildu. Pero, bueno, vamos a dar oportunidades y facilidades para construir país entre todos.
-¿Qué opina de las declaraciones de Arnaldo Otegi que apuntaban a que usted había sido crítica con la izquierda abertzale?
-He sido crítica con la izquierda aber- tzale, con el Partido Socialista, con el PNV. Es decir, con todo aquello que creo que es digno de crítica. Cada formación debería hacer su autocrítica y su autoexploración, que es una medida muy preventiva y muy utilizada en el ámbito de la sanidad y debería ser más utilizada en la política.
-¿Qué le diría en un cara a cara a Otegi?
-No le conozco personalmente. Le diría que me alegro de conocerle, como me alegro de conocer a todo el mundo. Y le preguntaría qué tal está. Me imagino que seis años en la cárcel tienen que hacerte reflexionar. Y le preguntaría también por su recorrido y por su infancia, porque esos años influyen muchísimo en la personalidad.
-Podemos apuesta por el derecho a decidir. ¿Usted defendería una Euskadi independiente?
-El modelo territorial actual está obsoleto y la gente no se siente a gusto. Hay que buscar nuevas formas y pensar qué país queremos, y qué modelo territorial queremos. Una vez definido, que sea la ciudadanía vasca la que decida. La cuestión es que la gente se sienta a gusto en el lugar donde vive. Podemos es un partido con múltiples sensibilidades, procedencias y vivencias, y todas respetables. Con todas haremos país.
-A su hermano Joxi le secuestraron, torturaron y asesinaron los GAL en los años en los que gobernaba el PSOE. ¿Han realizado los socialistas suficiente autocrítica?
-Autocrítica no es solo condenar y rechazar la violencia. Cuando hay sentencias claras, evidencias y pruebas científicas que constatan que hay personas que han cometido delito y terrorismo de Estado, y que no haya actualmente ni una sola persona en prisión... Hay que ser justos con las víctimas y que haya leyes que defiendan a todas las víctimas por igual. Los agravios comparativos no demuestran la madurez democrática de un país. Los mismos derechos para todos. Derecho a la justicia, a la verdad, a la reparación...
-¿Qué le parecieron las palabras de Pablo Iglesias en el Congreso echándole en cara al PSOE la cal viva?
-Es un tema que me produce mucho dolor. Prefiero no opinar.
-Podemos ha elegido como candidata a una víctima de los GAL, ¿le hubiera ofrecido el cargo a una víctima de ETA?
-Lo que importa no es de dónde proceda la persona sino que la persona sea válida y que represente lo que buscaba Podemos; una mujer de la sociedad vasca, reconocida socialmente y euskaldun.
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