Alemania deberá retirar 176.000 armas «inservibles»

Con ese anuncio realizado ante los miembros de la comisión de Defensa del Bundestag, el parlamento federal, la ministra acabó con varias semanas de debate político y años de quejas por parte de quienes usan ese instrumento de guerra. Medios alemanes revelaron recientemente que el antecesor de Von der Leyen y hoy titular de Interior, Thomas de Maizière, fue informado ya en 2012 sobre los problemas de precisión del arma cuando se recalienta por un uso continuado o cuando la temperatura externa es muy elevada. Pese a todo, la alta oficialidad del Bundeswehr no dio la voz de alarma hasta 2014 y desde entonces se encargaron varios peritajes pero se ha aplazado una decisión definitiva.

Von der Leyen expuso ante la comisión parlamentaria el resultado del último peritaje, según el cual «tras disparar dos cargadores no se puede asegurar que se dispare acertadamente contra el enemigo». El nivel de acierto con el arma caliente baja a un 53%, cuando la exigencia mínima es del 90%. Las conclusiones del estudio de 372 páginas filtrado a la prensa son demoledoras. El G36 muestra «apreciables fallos de capacidad» cuando se trata de garantizar la «supervivencia y aguante» de los soldados. Dicho de otra manera: el fusil de asalto que utiliza la tropa en Alemania pone en peligro su vida.

Pese a las advertencias, De Maizière no detuvo en 2012 la compra de nuevas unidades, es más, durante su mandato se adquirieron 3.770 nuevas armas de ese tipo. El semanario Der Spiegel señala que en esas fechas y tras reclamar un informe preciso sobre el producto, el ministro recibió un documento de los expertos en su departamento en el que se le aseguraba que el G36 «es básicamente apto para las exigencias de las misiones que se encuentran en marcha» y se le aseguró que las posibles limitaciones del arma cuando se recalienta estaban siendo «objeto de una investigación». La revista asegura que el Ministerio de Defensa ocultó también al parlamento esos problemas e incluso los negó en un escrito de noviembre de 2012 dirigido a los diputados del gremio competente.

Un contrato del siglo pasado

Entre tanto, la dirección de Heckler & Koch niega los problemas con su arma. En un comunicado aseguró que el G36 cumple las directrices establecidas con la firma del contrato de suministro con el Bundeswehr a mediados de los años noventa. Recuerda que no se llegó a hablar en aquella época de la necesidad de un arma de respuesta a combates con un alto nivel de tiro y un fuerte consumo de munición, ya que los militares germanos no participaban aún en misiones internacionales de combate. Heckler & Koch ha llegado a plantear la posible reclamación de daños y perjuicios ante las declaraciones negativas de la ministra sobre su producto.

Von der Leyen dijo que las fuerzas de intervención inmediata y las tropas que se encuentran actualmente de misión en el extranjero recibirán próximamente un arma alternativa con garantías de funcionamiento. Cambiar los 176.000 G36 podría tardar hasta 10 años, según los expertos.