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Pueblos inundados por el agua que querrás conocer

Pueblos inundados por el agua que querrás conocer

La historia de cinco pequeñas poblaciones a las que la tragedia o la construcción de embalses cambió para siempre la vida de sus habitantes

PALOMA SANTAMARÍA

Viernes, 10 de mayo 2019, 07:29

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Bajo las aguas de embalses y pantanos de España existen cerca de 500 pueblos que un día tuvieron que ser abandonados por sus habitantes. En muchos casos, calles, casas, iglesias y colegios fueron tragados por el agua, como sucedió en San Román de Sau. En otros las pequeñas poblaciones, amenazadas por la construcción de pantanos, tuvieron que despoblarse convirtiéndose en lugares fantasma, este es el caso de Esco, en Zaragoza, o Granadilla, en Cáceres.

Esco, el pueblo «casi fantasma»

Esco, situado junto al embalse de Yesa, en el límite de la provincia de Zaragoza con Navarra, es un pueblo «casi fantasma» desde los años 60 cuando la mayor parte del término fue expropiado -al igual que ocurrió con sus vecinos Ruesta y Tiermas- para la construcción del embalse. Las aguas nunca llegaron a inundar las casas pero sí las huertas, la tierra más productiva, lo que provocó la marcha de sus habitantes a excepción de tres vecinos que permanecen en Esco.

Lanuza, Huesca

La historia de la pequeña localidad de Lazuna, en Huesca, está asociada a la lucha por la supervivencia. Situada a 1.265 metros de altitud, este pequeño pueblo del Valle de Tena ya existía en el siglo XIII, cuando contaba con unos 20 hogares. Próspera y eminentemente ganadera en sus orígenes, la construcción del Embalse de Lanuza en 1976 provocó el paulatino y forzado despoblamiento de la localidad hasta quedar completamente deshabitada en 1978.

En la década de los 90 los antiguos moradores consiguieron recuperar las propiedades no sumergidas e iniciaron un proceso de revitalización que sigue activo. El compacto núcleo de piedra y pizarra, en plena rehabilitación, se proyecta hoy como pintoresco enclave turístico dentro del Valle de Tena, sirviendo además desde 1992 como marco al prestigioso Festival Internacional de las Culturas «Pirineos Sur».

Ribadelago, Zamora

A diferencia de los dos casos anteriores la historia de la población de Ribadelago es la de una tragedia que sucedió en la madrugada del 9 de enero de 1959 cuando la rotura de la presa de Vega de Tera inundó su casco urbanol. El pueblo, situado a ocho kilómetros río abajo, fue rápidamente alcanzado sin dar apenas tiempo a los vecinos de ponerse a salvo. Muchas de las edificaciones fueron destruidas por el agua y de los 549 habitantes murieron 144. El pueblo quedó completamente destruido a excepción de unas pocas casas. Sin embargo, y a pesar de su estado ruinoso, Ribadelago no fue abandonado del todo. Hoy en día el pueblo antiguo está siendo recuperado.

En la actualidad, la población se divide en dos asentamientos, el pueblo nuevo, con 104 habitantes, y el pueblo antiguo, con 37 habitantes.

San Román de Sau, Barcelona

A principios del siglo XX nada hacía sospechar a los habitantes de la pequeña población de San Román de Sau que sus casas, calles y su iglesia románica del siglo XI iban a ser devoradas por el agua del río Ter. El pueblo fue anegado en 1962 tras finalizarse la construcción de la presa del pantano de Sau de unos 17 Km de largo y un ancho máximo de 3 Km. La población se trasladó a la recién creada Vilanova de Sau pero en épocas de sequía aún es posible pasear por sus calles y contemplar la grandeza del campanario olvidado normalmente bajo las aguas.

Granadilla, Cáceres

La historia de Granadilla es, quizá la más peculiar ya que, esta antigua villa amurallada de origen feudal de Cáceres, fue ocupada por el Estado y desalojada a mediados del siglo XX, al transformarse en zona inundable por la construcción del embalse de Gabriel y Galán. A día de hoy permanece bajo esa catalogación de forma oficial a pesar de que en ningún momento el pueblo ha llegado a estar inundado, ni siquiera con el embalse lleno.

Fue declarada en 1980 Conjunto histórico-artístico y, cuatro años después, en 1984, elegida para su inclusión en el Programa de Recuperación de Pueblos Abandonados.

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