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La Txabola de la Hechicera en Elvillar

Entre la majestuosa sierra de Cantabria y las orillas del Ebro se extiende un territorio de suaves colinas donde se funden modernidad y tradición

el diario vasco

Jueves, 14 de junio 2018, 11:02

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La Rioja Alavesa, cuna de vinos de renombre internacional, es un museo vivo donde el visitante disfruta de pueblos cargados de historia, en fuerte contraste con magníficas bodegas de diseño vanguardista. Un periplo por estas tierras nos lleva además a descubrir magníficos restos prehistóricos, como el dolmen de la Txabola de la Hechicera, que sigue hechizando con su belleza a quienes llegan hasta él

Datos

  • Provincia: Álava

  • Dificultad: Fácil

  • Modo: A pie

  • Temporada: Otoño

  • Duración: 1 h 30 min

  • Distancia: 6,03 km

1.- Elvillar

Punto de partida

Desde la plaza de la iglesia, tomamos la calle Herrería y, cogiendo la bifurcación de la izquierda, al finalizar la calle, bajamos por senda hasta el arroyo de la Uneba. Un estrecho sendero sube por la orilla opuesta hasta una carretera vecinal. La tomamos hacia la derecha, pero 50 metros después nos desviamos a la izquierda por una pista de tierra apenas dibujada que asciende entre viñedos.

2.- Dolmen

Km 0,90 >

Llegamos así al dolmen de la Txabola de la Hechicera, majestuoso entre los campos de labor. Sus grandes losas desafían a los elementos desde hace miles de años. Su inconfundible figura es el recuerdo de los primeros pobladores de la comarca, que habitaron estas tierras en la noche de los tiempos. Son muchos los restos prehistóricos que testimonian una importante población de la Rioja Alavesa desde la antigüedad más remota. Tomamos hacia la derecha una pista asfaltada que enfila en línea recta hacia la sierra de Cantabria. La ruta gira pronto a la derecha y la pendiente se vuelve descendente, pero sólo por unos metros porque enseguida desembocamos en otra pista asfaltada. Si la tomáramos hacia la derecha llegaríamos a la carretera Elvillar-Laguardia, pero la tomamos hacia la izquierda, para seguir recto hacia las montañas. Al llegar a un primer cruce con tres opciones, elegimos la pista del centro. Tras pocos minutos de paseo, llegamos a un segundo cruce triple.

3.- Cruce

Km 3,01 >

Tomamos aquí la pista de la derecha. Si tenemos tiempo y nos apetece alargar la excursión, podemos desviarnos y seguir de frente por el camino del centro y llegar así, tras media hora de paseo, al yacimiento arqueológico del Abrigo de los Husos. En esta cueva han sido halladas cerámicas y huesos de animales domésticos de hace seis mil años. Pero nuestra ruta, la única asfaltada, se interna poco a poco en el fondo de un vallecito surcado por el arroyo de la Uneba.

4.- La Uneba

Km 3,62 >

El área recreativa de la Uneba, con mesas, parrillas y fuente, aparece pronto junto al camino. Después, entre viñedos y cereal, llegamos a un nuevo cruce triple. El asfalto sigue recto, pero nosotros giramos a la derecha para seguir en paralelo al arroyo y regresar cómodamente a las calles de Elvillar.

5.- Elvillar

Km 6,03 >

De interés

  • La Muralla: Paganos, 42; Laguardia. Tel. 945 600 198

  • El Rincón de Olano: Ctra. Vitoria, 1; Laguardia. Tel. 670 685 385

  • Agroturismo Erletxe: Rua Mayor de Peralta, 24 - Tel. 945 621 015

  • Agroturismo Larretxori: Portal de Páganos; Laguardia - Tel. 945 600 763

  • Oficina de turismo de la Rioja Alavesa: En el centro histórico de Laguardia - Tel. 945 600 845

  • Poblado prehistórico de la Hoya: Ctra. El Villar, s/n; Laguardia - Tel. 945 621 122 - Interesante vista para comprender el importante legado prehistórico de la zona.

Cómo acabar el día

Lagunas de Laguardia

Si aún tenemos ganas de caminar, a escasa distancia de nuestra ruta se esconden entre viñedos las lagunas de Laguardia. Estos lagos, declarados biotopo protegido, sirven de hábitat a una rica flora y fauna lacustre, con destacada presencia de aves. Son varias las rutas a pie y variantes que se pueden realizar alrededor del complejo lagunar. Sin duda, la más interesante y accesible es el sendero de interpretación acondicionado por las orillas del Prado de la Paul. Numerosos paneles explican, de manera amena y didáctica, todos los secretos de la fauna y la flora del entorno. El recorrido, de apenas dos kilómetros de longitud, discurre entre fresnos y carrizales y permite espiar los movimientos de las aves que habitan la laguna. Este hermoso paseo carece de dificultad, pudiendo realizarse incluso en bicicleta. Los cercanos humedales de Carravalseca y Carralogroño también cuentan con una pista que los rodea. A diferencia del Prado de la Paul, de origen artificial, estas últimas lagunas son cubetas naturales sin más aporte hídrico que el agua de la lluvia, por lo que llegan a secarse por completo en veranos calurosos.

Imagen principal - La Txabola de la Hechicera en Elvillar
Imagen secundaria 1 - La Txabola de la Hechicera en Elvillar
Imagen secundaria 2 - La Txabola de la Hechicera en Elvillar

Laguardia, Historia y vino

Fundada en el siglo X como defensa del Reino de Navarra, la ciudad amurallada de Laguardia conserva intacto su encanto medieval. Pasear por sus estrechas callejuelas y asomarse a sus hermosos portales es adentrarse de lleno en una época en que la villa vivía al ritmo de las luchas entre navarros y castellanos. Sus murallas, bien conservadas, son uno de los mejores tesoros de la Rioja Alavesa. Cinco puertas permiten acceder al interior del casco histórico, formado por tres calles alargadas y estrechas. La plaza Mayor, porticada, es el centro de la vida social. La cercana iglesia de Santa María conserva una portada gótica policromada. Junto a ella se levanta la imponente torre Abacial, un perfecto ejemplo de la arquitectura militar del siglo XIII. Al otro extremo de la villa, la iglesia gótica de San Juan también merece una visita. El paseo por las calles de Laguardia permite descubrir además espléndidos edificios civiles, como la casa de la Primicia, del siglo XIV, o la casa de Samaniego, un elegante palacio del siglo XVII. Por si fuera poco, bajo las calles de la villa se esconde un laberinto de bodegas, construidas a partir del siglo XVI y que constituyen una verdadera ciudad subterránea donde maduran excelentes vinos.

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