Las cascadas de los pastores en la Sierra Cebollera

Km >

Una estrecha carretera de montaña que nace en Villoslada de Cameros asciende a la ermita desde la que parte esta ruta. Son 9 kilómetros que no siempre están limpios de hielo y nieve por lo que se recomienda contar con cadenas para las ruedas del coche en los meses de invierno. Al pie de la escalinata de la ermita, la pintura naranja y verde, que nos acompañará durante toda la ruta, indica el camino a seguir. Echamos a andar por una pista forestal que gana altura rápidamente. Cuando hemos avanzado 1,20 kilómetros, abandonamos la pista por el lado derecho y nos adentramos en un abetal por el que descendemos al majadal de las Desecadas.

Km 1,60 >

En un claro del bosque, con excelentes vistas de los picos que marcan la frontera natural entre La Rioja y Soria, un chozo y dos cerramientos circulares recuerdan el pasado de la región; un tiempo en el que los pastores trashumantes se instalaban aquí con sus rebaños durante el verano. Continuamos en pronunciado descenso por el pinar y al alcanzar un riachuelo, caminamos hacia la derecha, hasta dar con la pista de Puente Ra. La tomamos hacia la izquierda, cruzamos el puente y ascendemos suavemente hasta alcanzar las cascadas.

Km 3,14 >

Espectaculares cascadas caen en vertical para salvar el gran desnivel con el que topa el río. Una valla permite asomarse a los saltos más grandes de manera segura. Otros no están asegurados y se pueden visitar desde su base. Deshacemos los últimos 750 metros de paseo y, al llegar al puente, seguimos de frente, en paralelo al arroyo, hasta dar con el puente que lo cruza 700 metros más abajo.

Km 4,67 >

Junto al puente, por el lado derecho, una senda se adentra en el pinar. La pintura y los postes de señalización del parque facilitan su localización. Ganamos altura ahora haciendo frente al desnivel más importante de la ruta. Este tramo es uno de los más variados en cuanto a vegetación se refiere. Arces y fresnos espectaculares jalonan nuestro camino. En época de deshielo, toparemos con un riachuelo que nos corta el paso. Lo cruzamos y llegamos a un refugio abandonado, a pocos metros del cual se ubica el parking de la ermita y la escalinata que sube a ella.

Km 5,55 >

LAND-ART, ARTE EN LA NATURALEZA

Surgido en los desiertos del oeste estadounidense a finales de los años sesenta, el Land-Art es una corriente de arte contemporáneo que se desarrolla en el marco y con los materiales que proporciona la naturaleza. Así, son obras que generalmente se exponen a la intemperie y sometidas a la erosión e inclemencias meteorológicas que alteran las creaciones sin guión preestablecido, llegando incluso a hacerlas desaparecer con el paso del tiempo. El centro de interpretación del Parque Natural de Cebollera, en Villoslada de Cameros, ofrece un mapa gratuito donde se explica la ubicación de las diferentes composiciones. Además, existe una ruta señalizada (Senda Achichuelo) de 9,30 kilómetros que visita la mayor parte de las esculturas. Dado el peculiar origen de este arte, no es fácil localizar alguno de los trabajos, así que hay que agudizar la vista durante el paseo. Si no se desea realizar la ruta completa, para la que son necesarias 3 horas, basta con acercarse al entorno del camping, en la carretera que sube a la ermita de Lomos de Orios, o a la propia ermita. En sus inmediaciones, se descubren varias de las obras de lo que se conoce como Parque de Esculturas Tierras Altas Lomas de Oro.

CAMEROS, LA ALTA MONTAÑA RIOJANA

Aún resuenan en las robustas construcciones de piedra de la Sierra de Cameros viejas historias en las que sus antiguos pobladores vivían del pastoreo. Villoslada y Lumbreras, dos de las localidades de visita obligada en la comarca, contaban hace 300 años con más de 200.000 cabezas de ganado que, además de alimentar a generaciones de cameranos, abastecían a la pujante industria textil de la región, formada por medio millar de fabricantes de paño. Sin embargo, el ir y venir de ganado pasó factura a este hermoso paisaje, degradando bosques a los que no se dio tregua para regenerarse durante décadas. Con el declive de la actividad ganadera, los lugareños optaron, principalmente, por migrar a lugares más prósperos y quienes permanecieron en la sierra se dedicaron a desarrollar la hasta entonces exigua agricultura. Así, los bosques, libres de presión, recuperaron su espacio en la montaña y hoy brindan a la región de Cameros un recurso muy valioso que atrae a un gran número de visitantes que buscan en ella la última gran mancha forestal de La Rioja. Para profundizar en el pasado de la Sierra de Cameros, se puede visitar el Museo Etnográfico y el Centro de la Trashumancia, en Lumbreras, y el Centro de Interpretación del Parque Natural de Cebollera, en Villoslada de Cameros.