Pasión por los trenes

Después de recorrer el Museo Vasco del Ferrocarril, los fines de semana los visitantes pueden subirse a unos antiguos vagones del Ferrocarril del Urola y atravesar parte del valle en un tren remolcado por la centenaria locomotora de vapor Aurrera. Tampoco es raro ver entre semana a grupos de alumnos llegados desde diferentes centros escolares del territorio o de la comunidad autónoma -como es el caso de los escolares del reportaje, del colegio San Lorenzo, de Ermua-.

Pero ésta no es la única oferta del valle dirigida a los amantes de lo ferroviario. «A falta de un tren 'de verdad', montemos uno en miniatura». Es lo que ha debido de pensar un grupo de apasionados por el tren en Iraeta, Zestoa, que ha creado la Asociación del Tren de cinco pulgadas de Iraeta, y ha puesto en marcha el primer circuito de trenes en miniatura de Euskadi. Un punto de encuentro habilitado, con ayuda del Ayuntamiento de Zestoa, junto al campo de fútbol.

La idea se materializó el pasado enero con la inauguración de un circuito de modelaje. Son 150 metros de vía que esperan ampliar «a medida que se vaya fraguando el proyecto», indica Patxi Goenaga. Junto a él forman parte del proyecto José Juan y Jesús María Etxeberria, José Félix Colado 'Koldo', Jokin Menoyo y Enrique Barcenilla, entre otros.

Los promotores de la iniciativa llevaban ya reuniéndose un par de años hasta que pudieron arrancar y poner en marcha el proyecto. «Enrique Barcenilla compró el circuito al Ayuntamiento de Castejón pero allí no pudieron montarlo en su totalidad y una parte es la que está aquí. Barcenilla quería montarlo en su pueblo, en Lasarte-Oria, pero por diferentes motivos, no pudo ser. Así que hablamos con el concejal de turismo de Zestoa y nos propuso el lugar en el que se encuentra ahora», comenta Goenaga.

El consistorio zestoarra les ha proporcionado una máquina locomotora 311 y seis vagones que completan con modelajes privados, réplicas de máquinas reales construidas por ellos mismos. De momento, cuentan con una réplica inglesa de unos vagones especiales para repartir el carbón, un tren mercancías con un tractor de maniobras; y una locomotora de maniobras junto con otra réplica de los ferrocarriles vascos de San sebastián. «La mayoría montamos nuestros trenes o nos ayudamos entre todos para hacerlo. Además, todos aquellos que cuenten con una máquina de cinco pulgadas, también pueden traerlas y ponerlas en marcha aquí». Además de la satisfacción de ver los trenes en movimiento, lo «bonito» es que pueden llevar pasajeros, asegura entusiasmado Goenaga. La reacción de la gente es de «incredulidad», dice. «¿Cómo es posible que pueda andar?, se pregunta la gente. La mayoría se hace la idea de un coche. Luego se extrañan con la potencia que tienen».

Patxi Goenaga y Juan José Etxeberria, apasionados por los trenes en miniatura, quieren que el proyecto cuaje. De momento, ha tenido una buena aceptación entre los vecinos, según explican. «Tenemos pensado llevar a cabo concentraciones de amantes de este tipo de trenes y otras actividades porque esto no es un club privado de varios amigos que se han reunido para jugar con sus juguetes -matizan-. Es un hobby que queremos dar a conocer, además de dar la oportunidad a todos los que quieran a divertirse y conocer este mundo poco extendido en nuestro entorno».

El contenedor que recrea la antigua estación de Iraeta es el reclamo para que los visitantes se acerquen a conocer los trenes en miniatura. El tique tiene un precio simbólico de 50 céntimos por tres vueltas en el circuito. Hasta finales de año, abrirán los sábados, de 17.00 a 19.00 horas, «siempre que el tiempo acompañe. Para concertar citas, los amigos del tren de cinco pulgadas cuentan también con una página de facebook.

La Basílica de Loiola, el Museo del Ferrocarril, el Palacio de Insausti y el de Lili conforman un reclamo turístico significativo para la comarca del Urola. Ahora, a esta oferta se añade el circuito de modelismo tripulado. ¡Viajeros al tren!