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Biarritz cuenta con multitud de lugares de los que disfrutar con toda la familia.
Biarritz, playas y museos para descubrir los mares

Biarritz, playas y museos para descubrir los mares

Las ofertas familiares en la localidad francesa son perfectas para pasar un fin de semana con los más pequeños

igor barcia

Miércoles, 6 de agosto 2014, 08:30

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Al pie del Cantábrico, Biarritz ha sido el centro de cita de la nobleza europea desde que en 1854 el emperador Napoleón III y su esposa, la española Eugenia de Montijo compraron unas dunas frente al mar y construyeron un palacio inmenso en 1855, que en 1881 fue transformado en el hotel-casino Palais, una de las señas de identidad de la localidad, marcada por su carácter turístico y balneario que ahora, en pleno verano, está llena de visitantes deseosos de disfrutar de sus playas y de su 'glamour'. Para las familias, Biarritz, a un paso gracias a su conexión por autopista, encierra numerosos atractivos para poder disfrutar de un día de verano. Playas, paseos, restaurantes y una magnífica ciudad del mar son suficientes para colocarla como objetivo de una excursión.

En pleno centro nos encontramos con la Grande Plage (Playa Grande). Es una de las principales, por lo que suele estar bastante concurrida por un público generalmente familiar. Está bordeada por un paseo marítimo en el que encontrarás bares, restaurantes y una buena oferta de actividades que realizar, así como aparcamientos subterráneos para dejar el vehículo cerca. Hay que tener en cuenta que Biarritz siempre está expuesta al azote del Cantábrico, y que hay que tener a los niños siempre vigilados a la hora del baño por las olas y corrientes.

Quizás para acudir con pequeños sea mejor la playa de Port Vieux: Se trata de una pequeña cala cerca del centro, con oleaje muy moderado, por lo que resulta ideal para familias con niños.

Una vez saciado nuestra necesidad playera, podemos optar por un paseo en el Petit Train de Biarritz, que nos permite descubrir su lugares más famosos, la costa y nos deja al pie de los museos. Tiene siete paradas con doble salida. La primera de Rocher de la Vierge, donde se encuentra el museo del mar, y frente al casino, en lo que se denomina Grande Plage. La subida al faro es optativa y se puede realizar con grupos organizados.

Y una vez realizado el recorrido, nos podemos detener en uno de los grandes atractivos de la localidad vascofrancesa y objetivo de este paseo con niños. Nos referimos a la Cité de lOcéan. La nueva ciudad de la ciencia ha sido pensada como un viaje interactivo hacia el fondo de los océanos. El coste total de la obra, inaugurada en 2011, se estima en 40 millones de euros, y casi la mitad procede de fondos públicos. La explotación corre a cargo de una sociedad mixta, participada por las instituciones y la iniciativa privada, y el reto es mantener 450.000 visitantes al año.

La visita comienza por el viejo 'musée de la mer', el edificio que lleva ochenta años como uno de los símbolos de la localidad. Sus antiguas señas de identidad, como el estanque de las focas o el buzo, siguen ahí, pero ahora duplica su superficie con una ampliación subterránea bajo el antiguo aparcamiento de Atalante. Además, 25 nuevos acuarios se sumaron con la ampliación a los 25 que ya existían. Pero el atractivo mayor es el estanque de los escualos, con seis tiburones grises, cuatro tiburones martillo capturados en la zona del indopacífico y hasta casi tres decenas de escualos.

Del museo, enclavado en el corazón de Biarritz, hay que trasladarse a la nueva 'citée de l' Océan', entre las playas de Ilbarritz y la Milady, en dirección sur hacia Bidart. La voluntad de los responsables es que el espectador se traslade de un edificio a otro en 'navette' o autobús. Una tarifa conjunta de 16.50 euros (12 los niños) permite ver los dos centros.

Allí, a lo largo del recorrido veremos la formación de los mares ; su importancia clave en la aparición y evolución de la vida; la complejidad de su funcionamiento y de los fenómenos biológicos y geológicos, sin olvidar los aspectos lúdicos y deportivos.

Desde la historia y la ciencia, se muestran personajes celebres y relacionados con los mares y océanos, por ejemplo, Cristóbal Colón, Magallanes o Platón; mitos explicados científicamente como el Triángulo de las Bermudas, la Atlántida y el propio descubrimiento de América. Con todo, no se olvida la dura vida de los pescadores, cuya importancia en el litoral cantábrico hispano-francés es aún hoy importante. Gracias a la interactividad de la Cité de lOcéan, podemos sumergirnos en un sumergible similar al del Capitán Nemo de la novela de Julio Verne, coger el timón de un velero en plena tormenta o surfear de forma virtual las olas de Biarritz.

Una vez finalizada la visita, lo mejor es regresar y seguir disfrutando de las posibilidades que ofrece Biarritz. Un paseo por la playa, una visita al faro... las posibilidades son numerosas para disfrutar de una agradable jornada de verano en una de las joyas del turismo vascofrancés.

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