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Maria Arnal y Marcel Bagés ya pasaron el pasado verano por el festival donostiarra Glad is the Day.
«La gracia está en manosear la tradición y hacerla útil»

«La gracia está en manosear la tradición y hacerla útil»

JUAN G. ANDRÉS

SAN SEBASTIÁN.

Jueves, 28 de diciembre 2017, 08:25

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«Después de ocho décadas / después de 80 años / mientras yo canto / mientras él toca / mientras escuchas / mientras respiras / mientras, durante y después / siguen ahí / en silencio». Así finaliza '45 cerebros y un corazón', la emocionante canción de Maria Arnal y Marcel Bagés inspirada en un hecho real: el hallazgo de una fosa de la Guerra Civil en Burgos donde aparecieron las citadas vísceras conservadas «cual cuerpo de faraón». El dúo catalán convirtió el tema en el título de su primer disco de larga duración, que tiene la memoria como eje central y se ha convertido en uno de los trabajos más aplaudidos de la escena independiente española en 2017, en gran parte por el maravilloso sencillo 'Tú que vienes a rondarme'. Esta noche lo presentarán en la Sala Dabadaba con el elgoibartarra Amorante como telonero (21.00 horas) y las entradas agotadas desde ayer.

Discurso contra la pureza

Lo primero que sorprende al informarse acerca de este interesante proyecto es descubrir su meteórico despegue. De hecho, hace tres años Maria Arnal (Badalona, 1987) aún estaba enfrascada en sus estudios y jamás habría pensado en ganarse la vida cantando porque era algo ligado a su «intimidad y al espacio familiar». Pero aprendió canto con Jasmin Martorell, que le animó a actuar cada vez más, y gracias a un compañero de clase descubrió el insondable archivo de Alan Lomax (1915-2002). El etnomusicólogo estadounidense recorrió el mundo grabando muestras del folklore musical de países como España, Italia, Irlanda o India, y acceder a todo ese material, libremente disponible en Internet, fue «como abrir una puerta cósmica», explica la cantante, que no tardó en asociarse a Marcel Bagés (Flix, 1980), guitarrista procedente del jazz y la improvisación.

«Antes yo también veía lo folklórico como algo casposo, franquista, nacionalista...»

«El feminismo enseña que en la escala íntima se explican muchos de los conflictos globales»

En sus primeros trabajos, los EP 'Remescles, acoples i melismes (2015) y 'Verbena' (2016), el dúo partió de grabaciones de campo, archivos digitalizados y material de fonoteca para recuperar viejas coplas, jotas y cantes de trabajo. En '45 cerebros y un corazón' han ido «un poco más lejos» y han incluido composiciones originales que siguen adscritas a ese «imaginario» de la música popular. «Antes, yo también veía lo folklórico como algo rígido, casposo, franquista, nacionalista... No sabía entenderlo de otra manera hasta que di con el código», explica Arnal, a quien le atraen estas canciones antiguas precisamente porque están construidas a partir de la mezcla y son «un discurso contra la pureza».

Con inteligencia y emoción, al dúo le interesa «sacar toda la solemnidad de la pureza y lo representativo» para construir algo «propio» que explique el presente. Por eso rehuyen esa etiqueta que a menudo alude a creaciones que mezclan «vanguardia y tradición», pues su idea no es «mantener algo popular y luego hacerlo moderno», sino que trabajan «desde el contenido» para luego moldearlo «como barro fresco». Es decir, realizan un trabajo de arqueología musical pero no se limitan a mostrar los resultados en una vitrina intocable, sino que tratan de darle un nuevo sentido a ese material a través de guitarras distorsionadas y recursos electrónicos. «La gracia está en tocar la tradición, manosearla y hacerla útil», opina.

Es lo que ocurrió cuando Maria Arnal viajó a La Pedraja de Burgos, el lugar donde se encontró la mencionada fosa, para cantar '45 cerebros y un corazón' ante la sobrina de dos hombres que fueron asesinados y enterrados allí. «Fue superemocionante para todos y la mujer no paraba de decirnos que lo que cantábamos era real. Todo, incluida la música, tiene potencial transformador, pero la escala más íntima es el nivel que más me interesa. Me gusta pensar en qué puedo hacer en mi diminuto mundo para que las cosas de fuera cambien un poquito más. Eso es algo que hemos aprendido del feminismo: en la escala íntima se explican muchos de los conflictos globales», sostiene.

En 'Desmemoria' Maria Arnal canta en similares términos -«Cuando la matas / es como la piel / la encuentras si rascas»- y critica a quienes defienden no reabrir unas heridas del pasado que nunca llegaron a cerrarse. «El franquismo sirvió para asentar unas bases de privilegios y de poder que siguen hoy muy presentes. La historia de los últimos años en este país, con todo ese nivel de corrupción, es la historia de la impunidad. ¿Y eso cómo se aprende? Firmando sentencias de muerte hasta el último día de la dictadura y convirtiéndote en demócrata al día siguiente sin ningún tipo de consecuencia», asegura la artista, que también denuncia que el PP utilice el «percal» de Cataluña para desviar la atención de su trama corrupta.

Canción protesta y de amor

Por otro lado, en 'Canción total', versión del grupo Las Víctimas Civiles, aluden a los créditos bancarios, se ciscan en la socialdemocracia y en la tibieza de la civilización, mientras que en 'Bienes' se formulan preguntas como «si el agua tiene dueño», «quién manda sobre la luz» o «quién gana con nuestro sol». Su particular canción protesta culmina en 'La gent', en la que han musicado unos conocidos versos de Joan Brossa que dicen: «La gente no se da cuenta del poder que tiene / Con una huelga general de una semana / bastaría para colapsar la economía / paralizar el estado y demostrar / que las leyes que imponen no son necesarias».

Estas piezas de carácter más político conviven en armonía con otras como 'Ball del vetlatori', sobre la antigua costumbre de velar a los niños pequeños que morían y según la creencia popular, se convertían en angelitos. En el disco aparece contrapuesta a un clásico del valenciano Ovidi Montllor, 'A la vida', que Arnau ha cantado en todos los conciertos que ha ofrecido hasta ahora. Y luego están las canciones de amor como 'Jo no canto per la veu', 'No he desitjat mai cap cos com el teu', 'Tu saps' y, sobre todo, 'Tú que vienes a rondarme', una de las joyas más rotundas de su repertorio. «Un periodista me hizo ver que no tiene género: sirve para dos, tres o cuatro personas que se amen, y da igual si son heterosexuales, homosexuales, trans, queer o padres e hijos», explica acerca de un envolvente himno de amor cósmico que contiene un sample del sonido de la sonda espacial 'Voyager'. Se trata de la nave lanzada al espacio por la NASA en 1977 con un disco de oro que contenía información del planeta tierra seleccionada por Carl Sagan y Ann Druyan, quienes acabaron enamorándose durante el proyecto.

En 2018 Maria Arnal y Marcel Bagés cambiarán el repertorio para continuar la gira y seguir componiendo los temas de su próximo disco. Dicen estar aprendiendo «a disfrutar y valorar» la acogida tan «bestial» que ha tenido su primer disco, considerado por la crítica como uno de los mejores de este año que ahora finaliza. Eso hace que la presión ante el siguiente álbum sea mayor, aunque la catalana tiene su propio método: «Concentrarse y seguir la intuición. La intuición es el placer».

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