Coacciones
Teresa Rivera
San sebastián
Jueves, 20 de febrero 2025, 06:33
Mientras se juzgaba si Rubiales habría cometido un delito de coacciones al intentar que Hermoso no denunciase el beso, suceden otras presiones de las que ... apenas tenemos noticias. El triministro Bolaños estaría presionando a la presidenta del Consejo General del Poder Judicial para que designe como presidentes de la Sala Segunda (de lo Penal) y de la Tercera (de lo Contencioso-Administrativo) a dos magistrados tan progresistas como el Gobierno del que es parte esencial Bolaños. De conseguirlo, todas las denuncias contra el Ejecutivo y sus miembros serían resueltas en última instancia en tribunales bajo la batuta del mismo Gobierno, sin necesidad de que el Constitucional se entrometiera en las competencias del Supremo. El asunto es tan importante para el efectivo control del Ejecutivo por el Poder Judicial, es decir, para la supervivencia del sistema, que Bolaños ya habría dinamitado los 36 nombramientos que el CGPJ había logrado poniéndose de acuerdo los dos grupos, conservadores y progresistas. Esto significa que de nuevo el Gobierno se inmiscuye y paraliza el órgano de gobierno de los jueces para conseguir que sean fieles servidores. Esto sí es un beso mortal a la separación de poderes.
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