Llama poderosamente la atención ver al Partido Socialista alzarse contra la segregación lingüística en las Islas Baleares, frente al bloque reaccionario conformado por PP y ... Vox que esgrime en su defensa el derecho a la elección de la lengua, mientras en la Comunidad Autónoma Vasca reivindica lo mismo en los mismos términos. En el debate educativo, el PSE asume en materia lingüística la posición política que mantiene el bloque reaccionario a lo largo y ancho del Estado, situándose en un lugar opuesto al que sus compañeras de partido están, en este mismo momento, haciendo defensa democrática de la cohesión social en las Islas Baleares.
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La principal razón que ha aducido el PSE para defender la quinta enmienda registrada conjuntamente con el PNV es que se debe garantizar el derecho a la elección de la lengua vehicular. Pero resulta que la realidad sociodemográfica actual de la CAV es tozuda: el modelo D es hegemónico en el sistema educativo, y los modelos A y B se concentran en determinadas zonas urbanas y en determinados centros educativos eminentemente privados, a los que acude alumnado de un nivel alto de ISEC (Índice Socioeconómico y Cultural). En consecuencia, no se puede garantizar el derecho a la elección de la lengua vehicular por el hecho de que la sociedad vasca ya ha elegido. Una mayoría social ha optado por la enseñanza articulada en torno al euskera y, por consiguiente, no es materialmente posible hacer efectivo el derecho a la elección de la lengua vehicular. Este debate se asienta sobre premisas falsas.
Además, si según el Título IV del proyecto de ley de Educación las tres lenguas son vehiculares, como viene a subrayar la tercera enmienda del PNV y PSE, ¿qué es lo que cabe elegir? Lo que se elige en el sistema de modelos lingüísticos en vigor desde 1983 es la lengua vehicular (euskera o castellano), pero en este nuevo paradigma pedagógico que plantea el proyecto de ley de Educación las tres lenguas son vehiculares. Por lo tanto, no hay nada que elegir. Y el artículo 26.1 del proyecto de ley dice que toda persona tiene derecho a la elección de centro en el marco de la oferta educativa programada; y el 67.1 que los centros que componen el Sistema Educativo Vasco deben elaborar su proyecto lingüístico. Por tanto, en la medida posible, este proyecto de ley ya reconoce el derecho a elegir el modelo educativo que mejor se adecúe a las características sociolingüísticas del alumnado.
La jurisprudencia del Tribunal de Estrasburgo dice que el derecho fundamental a la educación no incorpora el derecho de opción de lengua. Por tanto, los poderes públicos son libres para determinar el uso de las lenguas en la escuela. Por su parte, el Constitucional ha dicho que, cualquiera que sea el modelo por el que se opte, el sistema educativo debe garantizar el conocimiento efectivo de las lenguas oficiales; nada más. Recordemos qué es lo que dictaminó la Comisión jurídica asesora del Gobierno Vasco con respecto al proyecto de ley: este sistema de integración o de conjunción que plantea es constitucional.
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Por lo tanto, el PSE se ha deslizado por una pendiente reaccionaria, ya que hace apología de una determinada escuela privada al alcance de unos pocos en zonas muy concretas, defiende modelos lingüísticos que son catalizadores de la segregación escolar en un contexto de aumento de los flujos migratorios, y se sale del consenso en torno a la enseñanza pivotada sobre el euskera que de forma democrática se ha venido articulando en el seno de la sociedad vasca los últimos cuarenta años. Resulta difícil comprender la lógica política del PSE en este debate sin echar mano de teorías perversas. Pareciera estar refiriéndose a una sociedad vasca que no existe, como si tratara de recrear el contexto histórico de hace 40 años, como si estuviéramos en 1983, cuando se pusieron en marcha los modelos lingüísticos.
Hace 40 años la tecnología era analógica, la función educativa equivalía a sentarse en un pupitre siguiendo libros de texto durante cinco o seis horas al día, y las lenguas maternas del alumnado eran básicamente el castellano o el euskera. Cuarenta años después nos encontramos en la era de la Inteligencia Artificial, se está produciendo una revolución pedagógica en torno a metodologías activas y nuestras aulas están repletas de alumnos y alumnas de familias procedentes de diversos lugares del mundo.
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Si ya es sorprendente la posición del PSE, no entendemos cómo puede ser que el PNV haya aceptado este marco discursivo al PSE. En cualquier caso, las razones políticas no confesas por las que unos y otros han desplazado el debate de los parámetros del pacto educativo nada tienen que ver con el aprendizaje de las lenguas en un contexto social plurilingüe y multicultural.
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