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Nueva mirada al carbono como oportunidad estratégica

Olga Martín

Directora general de Aclima, Basque Environment Cluster

Martes, 4 de noviembre 2025, 01:00

Durante años, la descarbonización se ha entendido como un proceso lineal: reducir emisiones, compensar lo inevitable y adaptar los modelos productivos a los objetivos climáticos. ... Esa mirada, aunque necesaria, resulta hoy insuficiente ante la magnitud del desafío. Quizá ha llegado el momento de ampliar el enfoque y plantear una nueva pregunta: ¿podemos pasar del residuo al recurso y transformar el carbono en parte de la solución?

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El cambio climático no se combate solo reduciendo lo que emitimos, sino también repensando el valor del carbono. En algunos sectores industriales –como el cemento, la siderurgia o la química– existen emisiones inevitables que no pueden eliminarse únicamente mediante eficiencia o electrificación. Para esos casos, tecnologías como la captura, uso y almacenamiento del carbono (CCUS) ofrecen una vía complementaria que permite reutilizar el CO₂ como materia prima, integrándolo en nuevos procesos y productos: materiales de construcción, combustibles sintéticos o compuestos químicos.

Esta visión se alinea con la realidad de Euskadi. En 2023, el territorio emitió aproximadamente 17 millones de toneladas de CO₂ equivalente, un 33% menos que en 2005, consolidando una trayectoria descendente que refleja el compromiso ambiental y la capacidad de adaptación de nuestra economía. Pero alcanzar los objetivos de neutralidad climática exigirá combinar las estrategias actuales con nuevas herramientas que permitan abordar las emisiones más difíciles de reducir.

Ahí entra en juego una nueva economía del carbono, basada en la circularidad aplicada al CO₂, que lo concibe no como un desecho, sino como un recurso estratégico. Iniciativas como Decarbon Hub, impulsada por Aclima, buscan precisamente abrir este debate, conectar capacidades y explorar las condiciones tecnológicas, normativas y de mercado necesarias para que esta visión se haga realidad. A través de proyectos tractores como CO2 Capture, centrado en el desarrollo de tecnologías de captura y valorización; CO2 Farm, que investiga nuevas aplicaciones del carbono en sectores emergentes; y Cíclicom, que analiza su integración en procesos circulares, Euskadi comienza a materializar este cambio de paradigma.

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Mirar del residuo al recurso implica también un cambio cultural. Supone pasar de una estrategia centrada en la contención a otra que pone el foco en la valorización, en la creación de nuevas cadenas de valor y en la innovación como motor de la transición. La economía circular, los mercados voluntarios de carbono o la colaboración público-privada serán piez as clave para avanzar en esa dirección.

Euskadi cuenta con una base sólida: una industria avanzada, centros tecnológicos de referencia y una creciente conciencia ambiental. Aprovechar este potencial requiere visión compartida y cooperación público privada, para que las estrategias climáticas no solo reduzcan impactos, sino que generen oportunidades.

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La nueva economía del carbono no sustituye a las políticas de reducción, sino que las complementa y las amplía, ofreciendo soluciones realistas a los retos más complejos. Requiere inversión, innovación y planificación, pero puede reforzar la competitividad y contribuir a una transición justa y sostenible.

Si queremos un futuro equilibrado entre economía y planeta, debemos aprender a mirar el carbono con otros ojos. Del residuo al recurso es, en el fondo, una invitación a apostar por una economía capaz no solo de mitigar, sino también de regenerar; una economía que convierta la responsabilidad climática en una oportunidad estratégica para la competitividad de Euskadi.

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