Si miramos atrás y analizamos la contribución del feminismo al logro de una sociedad más justa e igualitaria, nos encontramos con valiosas conquistas como el ... derecho al voto de las mujeres, la garantía de los derechos reproductivos y sexuales, el derecho al divorcio, la entrada mayoritaria de las mujeres al mercado laboral o su acceso a estudios superiores, entre muchos otros. Los avances de las últimas décadas han sido tantos que puede resultar difícil hacer creer a las chicas y chicos de hoy que sus abuelas tenían que pedir permiso a sus maridos para salir al extranjero, trabajar, abrir una cuenta corriente, o tenían prohibido divorciarse o usar anticonceptivos. Los avances han sido muchos y los momentos decisivos en la historia por la igualdad son innumerables, pero hoy podemos decir que nos encontramos en una encrucijada, tanto en Euskadi como a nivel mundial. Es un momento clave, no solo para seguir avanzando en igualdad, sino para no dar pasos atrás en lo conseguido.
Este año celebramos dos grandes efemérides que nos muestran que el camino de las políticas de igualdad en las últimas décadas ha sido largo y fructífero: el 30 aniversario de la Declaración y Plataforma de Acción de Pekín, considerado el plan más progresista que jamás ha existido para promover los derechos de la mujeres en el mundo, y el 20 aniversario de la aprobación en Euskadi de la primera Ley para la Igualdad de Mujeres y Hombres, que supuso un antes y un después en el avance de la igualdad de mujeres y hombres en nuestro país.
La igualdad supone avanzar como sociedad. Y, sin embargo, hoy nos encontramos con una reacción de la ultraderecha a nivel europeo y mundial que niega que exista la desigualdad entre mujeres y hombres, banaliza la violencia contra las mujeres y desprecia las políticas de igualdad, unos mensajes que están llegando a las generaciones más jóvenes en un contexto generalizado de desinformación.
El feminismo tiene que ver directamente con nuestra vida cotidiana y pretende mejorarla
Es cierto que la desinformación sobre el feminismo y su agenda ha existido siempre, pero ha aumentado en los últimos años con la generalización del uso de internet y de las redes sociales. Una tecnología nos ha traído muchas cosas buenas, pero también la aceleración y la proliferación de falsedades. Es importante, por tanto, explicar a la sociedad de qué hablamos cuando hablamos de feminismo. Es necesario hacer pedagogía del feminismo, porque en este momento en el que, según advierte Naciones Unidas, la desinformación de género está aumentando, corremos el peligro de que una gran parte de la sociedad sienta el feminismo como algo lejano y que no tiene nada que ver con sus vidas. Incluso como una amenaza.
Hace una semana presentábamos los resultados del estudio 'La caja de la masculinidad en el País Vasco. Construcción, actitudes e impacto de las masculinidades en la población vasca', en el que detectábamos que los hombres más jóvenes, especialmente los de entre 15 y 19 años, están mostrando una mayor inclinación hacia los estereotipos de la masculinidad tradicional como consecuencia de encontrarse expuestos a mensajes misóginos y contrarios a la igualdad.
No podemos permitirlo. Queremos que los chicos de hoy sean los hombres igualitarios del mañana. Y para ello necesitamos hacerles llegar el valor del feminismo y de la igualdad. La verdad sobre el feminismo. Es momento de reconocer el aporte del feminismo al bienestar, a la igualdad, a los derechos de las personas. Es momento de recordar que el feminismo es libertad, democracia, justicia, respeto a las personas y a la diversidad, libertad, igualdad, fuerza transformadora para cambiar el mundo. Que el feminismo tiene que ver directamente con nuestra vida cotidiana y que pretende mejorarla. Porque el avance en los derechos de la mitad de la población es también un logro que beneficia a la sociedad en su conjunto.
El trabajo por la igualdad cuenta con una genealogía feminista y un compromiso de muchas personas, instituciones y agentes sociales que se han encargado de mantener en el tiempo su reivindicación. Es necesario que la sociedad recuerde esta genealogía, agradezca sus aportaciones y su legado se transmita a las nuevas generaciones.
Hoy, 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres, es una jornada para mostrar nuestro compromiso colectivo con la igualdad de mujeres y hombres. Porque entre todas y todos debemos conseguir que a las generaciones que aún no han nacido les cueste creer que sus abuelas cobraban al año de media casi 6.000 euros menos que los hombres, que había estudios que se consideraban más apropiados para chicos y otros para chicas o que anualmente más de 5.000 mujeres vascas denunciaban ser víctimas de violencia machista. Debemos conseguir que la próxima generación sea la de la igualdad y esté agradecida al feminismo por su aportación a una sociedad más justa y avanzada.
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