El reto del talento en Euskadi
Es urgente avanzar hacia un modelo educativo más abierto, internacional e inclusivo, y responder con agilidad a los desafíos del mercado laboral
Luis Ramón Arrieta Durana
Viernes, 4 de julio 2025, 02:00
La atracción y retención del talento se ha convertido en una prioridad urgente para el futuro económico y social de Euskadi. En un contexto global ... cada vez más competitivo, donde el capital humano es el principal motor del desarrollo, el País Vasco se enfrenta a un doble desafío: una profunda pérdida relativa de peso económico en el Estado –más del 50% del stock de inversión y un 30% del PIB en las últimas cinco décadas– y un pronunciado invierno demográfico, con una caída cercana al 50% de la población joven nativa en los últimos veinte años. Revertir esta tendencia exige actuar con decisión, liderazgo y visión de largo plazo.
El informe IMD World Talent Ranking 2024 vuelve a situar a economías como Suiza, Singapur y los países nórdicos a la cabeza en atracción de talento. ¿Su receta? Estabilidad macroeconómica, atracción de inversión, infraestructuras de calidad, conectividad avanzada, acceso a vivienda, seguridad, calidad de vida y una educación abierta, de perfil internacional y alineada con el mercado laboral. Euskadi debería construir un entorno que combine estos elementos para competir en la liga global.
El talento busca proyectos transformadores, culturas organizativas innovadoras y ecosistemas que inspiren. Aquí es donde los polos de conocimiento –universidades, centros de investigación y empresas tecnológicas– juegan un papel fundamental. La colaboración público-privada es clave para generar entornos dinámicos que impulsen la inversión, el emprendimiento y el arraigo de profesionales altamente cualificados. Contar con marcos fiscales atractivos y regulaciones ágiles es esencial para captar el necesario capital inversor.
La colaboración público-privada es clave para generar entornos dinámicos
En este sentido, la reciente III Jornada Internacional Confluencia Educación Empresa, celebrada en la Universidad de Deusto, ha puesto el foco en cómo conectar mejor la educación con la empresa, con propuestas concretas como la creación de un 'Modelo Dual Vasco'. Esta iniciativa contempla un sistema de becas-complemento que incentive la Formación Profesional y los estudios de Grado, articulado en torno a una cooperación innovadora entre instituciones públicas y empresas. La clave: ofrecer recorridos formativos que integren experiencia práctica y respondan a las necesidades reales del tejido productivo.
Estas medidas complementan iniciativas previas, como el informe presentado en la edición anterior de la jornada: '¿Por qué debería ir a trabajar a Euskadi? Potencial y desafíos del País Vasco para atraer talento'. Un documento que diagnosticaba con precisión los principales frenos y palancas para posicionar Euskadi como destino profesional de referencia.
Asimismo, la reciente publicación del Plan de Industria de Euskadi 2030 supone una ambiciosa hoja de ruta para revitalizar nuestro modelo productivo. Con una movilización prevista de 15.900 millones de euros, el plan impulsa veinte proyectos de transformación, priorizando sectores tractores tradicionales, pero apostando también con fuerza por nuevas áreas de alto valor añadido: aeroespacial, biosanitario, digital, redes inteligentes, almacenamiento energético y nuevas fuentes de energía. Hay que valorar muy positivamente el plan, pero este impulso requiere, sin duda, del concurso de talento altamente especializado y de la captación de inversión privada de alto impacto.
Es urgente avanzar hacia un modelo educativo más abierto, internacional e inclusivo, capaz de retener y atraer también talento externo, y de responder con agilidad a los retos de un mercado laboral en constante evolución. El rediseño de itinerarios formativos, la colaboración con empresas líderes y el fortalecimiento de la formación en competencias transversales deben formar parte del núcleo de la estrategia.
Tenemos además la oportunidad de movilizar el capital humano y financiero de quienes, en décadas pasadas, lamentablemente se vieron obligados a abandonar Euskadi. Se trata de una diáspora con un importante potencial para contribuir al renacimiento económico y social del país. Su reconocimiento y la articulación de mecanismos para reconectar con este talento emigrado puede ser muy importante.
Atraer y retener talento no es una tarea aislada ni sectorial: exige una gobernanza eficaz que alinee políticas económicas, sociales, educativas y territoriales. Cuando todos estos elementos trabajan de forma integrada, se crea un efecto multiplicador: se generan empleos de calidad, se fortalece el tejido empresarial, se estimula la innovación y se posiciona el territorio como un nodo de referencia en el mapa global.
Euskadi tiene el conocimiento y las capacidades para situarse entre las regiones europeas más dinámicas. Pero necesita, con urgencia, traducir los planes en acción y completar las otras medidas sugeridas, aún pendientes. Solo así podremos construir un modelo de desarrollo sostenible, competitivo y justo, donde el talento no solo quiera venir, sino quedarse y crecer. La toma de conciencia de nuestra situación real, el liderazgo de nuestros responsables públicos y el apoyo transversal de la sociedad civil serán determinantes para el éxito.
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