No pasar página sin leerla
El supremacismo actuó como elemento constitutivo en la formación de la identidad vasca hasta avanzada la edad contemporánea
Por nuestra proverbial tendencia al ombliguismo pasamos por alto que, habiendo sido víctimas de muchas y terribles injusticias y violencias, también tuvimos nuestra cuota de ... responsabilidad en inhumanidades históricas de las que nunca hemos hecho acto de contrición. Convendría darle una pensada colectiva al asunto ahora que un viento de perdonanzas recorre naciones y pueblos por agravios y atrocidades cometidas en siglos lejanos o aun en tiempos recientes.
En base a la figura jurídica de la 'hidalguía universal' por la cual se reconocía 'nobleza originaria' a todo vasco/a que demostrase que por sus venas no corría sangre judía ni conversa, musulmana ni agote, el supremacismo contribuyó estructuralmente a la formación de la identidad vasca hasta avanzada la edad contemporánea. Leyes raciales y prácticas segregacionistas, sancionadas por nuestra legislación foral, limitaban la presencia de 'diferentes' en el territorio ante el riesgo de que pudieran «oscurecer la limpieza y nobleza de esta Provincia». En 1453, la Hermandad de Gipuzkoa obligó a que los hebreos portaran como identificación un paño colorado cosido en lugar visible; se les llamaba 'judíos de señal'.
Seis años antes del famoso edicto de los Reyes Católicos, en 1486, el Señorío expulsó ya a todos los judíos sin que mediaran causas concretas, ni individuales ni colectivas, más allá de la codicia de las élites autóctonas por hacerse con el control del comercio provincial en manos de la comunidad mosaica. En los últimos años, por dos veces, las Juntas de Bizkaia han escuchado propuestas para derogar dicho acuerdo «por su carácter injusto y contrario al Fuero», y por afectar a familias tan vizcaínas como cualesquiera otras. Ambas fueron rechazadas por la mayoría de los partidos en la cámara.
Niños en la Gipuzkoa de la segunda mitad del XX, crecimos oyendo hablar despectivamente de 'mantxurrianos', 'coreanos' y otras variantes de 'belarrimotzak' de quienes las 'buenas familias' procuraban distanciar a sus vástagos. Tan profundamente caló en la sociedad la aversión sabiniana al 'maketo', raza espuria e invasora, contaminadora y despersonalizadora de lo vasco, frente a la que había que preservarse del contagio. «Si nos dieran a elegir entre una Bizkaya poblada de maketos que solo hablasen el euskera y una Bizkaya poblada de bizkainos que solo hablasen castellano, escogeríamos sin dudar esta segunda», proclamó Arana.
Viejas historias, ya lo sé. Pero, como recordó días atrás el lehendakari Pradales, «no vale pasar página sin leerla».
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