Gaza: ¿Genocidio, política, paz...?
José Luis Paulín Seijas
Médico Cooperante Fundación Mundubat
Miércoles, 15 de octubre 2025, 02:00
Israel, donde la religión y la política se encuentran inextricablemente entrelazadas» (del israelí Meir Margalit 'El Eclipse de la sociedad israelí'. Imprescindible para entenderlo todo).
Condeno sin ambigüedades los 1.195 asesinatos y 251 secuestrados perpetrados por Hamás el 7 de octubre de 2023. Sin embargo, desde 1947 han muerto unos 127.000 palestinos y 14.000 israelíes. Esta desproporción obscena cuestiona la democracia de Israel, así como quién se defiende de quién.
Ante la pasividad histórica de la Comunidad Internacional mi credibilidad en la especie humana se tambalea. Vemos en directo la violación sistemática de los derechos humanos en Gaza. Gobiernos y poderes fácticos disimulan, pero nuestros ojos ya no soportan el horror.
¿Genocidio? Ante la barbarie sionista, la sociedad ha tomado la iniciativa. Mientras los poderes se pierden en semánticas (genocidio, masacre...) paralizando sus iniciativas, el 'Término' continúa la matanza, pues a pesar de los tambores de paz, los muertos siguen entre los escombros, los heridos muriendo y la amenaza inyectada en sangre planea sobre sus cabezas todavía agachadas.
Se relativiza la barbarie, argumentando que los Aliados en la Segunda Guerra Mundial fueron más bárbaros; incluso que EE UU lanzó en 1945 bombas atómicas sobre población civil. Pero, para que no se repitiesen tales actos, en 1949 se firmó la Cuarta Convención de Ginebra –suscrita por Israel y EE UU– para proteger a los civiles en tiempo de guerra.
Si la mayoría de los poderes consideran inadmisibles los ataques, ¿qué van a hacer para frenar a Netanyahu y que pague sus crímenes contra la humanidad? Déjense de semánticas y hagan justicia.
¿Política? Son las decisiones y actividades para gestionar la sociedad. Pero para defenderse de unos 20.000 milicianos de Hamás, la 'política' de Israel ha sido asesinar 67.000 palestinos (según la ONU podrían multiplicarse por 10). Los bombardeos a hospitales, escuelas, ONG, UNRWA, colas del hambre, campos de refugiados, mercados, vías de huida propuestas por Israel y viviendas, han asesinado niños, mujeres, ancianos, cooperantes, sanitarios, pacientes, periodistas y civiles. También ha asesinado el bloqueo humanitario, el hambre, la destrucción de infraestructuras y comunicaciones o la evacuación de los 500.000 habitantes de Ciudad de Gaza cuando Israel calculaba solo 2.000 milicianos. Han violado todas las leyes de la Convención de Ginebra firmada por ellos. Jamás hemos sabido los resultados de las investigaciones prometidas por Israel. Todo con un bloqueo informativo férreo. ¿El poderío del ejército israelí y ser el segundo Servicio de Inteligencia más potente del mundo no puede actuar de otro modo?
También se 'defienden' de los palestinos de Cisjordania, donde no ha habido ni Hamás ni rehenes. Asfixiados por asentamientos judíos ilegales y la represión. Donde CAF defiende su proyecto de tren con el que Israel puede seguir ocupándola. Sus argumentos son peregrinos, por lo que preguntaría a CAF si han consultado a las autoridades palestinas o qué medidas han tomado para que su tren no facilite la ocupación. En dos años, por donde pasa su tren, los colonos han aumentado en 50.000 ¿Cómo se explica?
¿Es este el pueblo elegido de Dios? ¿Les ha dicho que deben actuar así en su tierra prometida? ¿Un régimen teocrático como ayatolás y talibanes? Los entendidos en dioses responderán estas preguntas.
Esto no es política. Es una atrocidad, por ello no disculpa llamarlo política para no actuar. Son los políticos y los poderes fácticos quienes pueden hacer justicia. Su inacción nos convierte en cómplices. Por eso, la sociedad ha dicho «basta». Gracias a ello, algunos han movido sus piezas. Con Ucrania no hizo falta interrupciones de vueltas ciclistas, ni boicot a eurovisiones, ni flotillas de la libertad secuestradas ¿Por qué? Quien podía actuar lo hizo desde el inicio.
¿Paz? Un 'plan Trump-oso' de paz. Liberación de secuestrados (por supuesto), pero entrega de poder, armas y territorio, bajo la amenaza de Trump de que «se desate el infierno como nunca antes se había visto». Decidido por un Trump tan responsable como Israel de su barbarie, y aceptado por un Netanyahu que incumple todos sus acuerdos con los palestinos. Ambos repartiéndose ya el botín del genocidio. Es obsceno.
No puedo olvidar la entrega del Sahara Occidental a Marruecos por Pedro Sánchez, supuesto adalid de la causa Palestina. Demuestra que Gaza es un eslabón más de la cadena de la indiferencia que debemos romper. Muchos 'Gazas' no los vemos en directo. Recuerdo el libro 'Prehistoria y Origen de la Compasión' de Roberto Sáez. Hoy estaríamos en su precuela. Para evitarlo, sigamos teniendo la dignidad de hacer cada uno lo que esté en nuestra mano. Ayer apartheid en Sudáfrica. Hoy humanidad en Gaza ¿Mañana? ¿Nosotros?
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