Arranca el lunes con la incógnita política de si la que hoy empieza será una semana más o si hoy Junts asesta un duro golpe ... a Pedro Sánchez retirando definitivamente su apoyo al presidente español y complicando, todavía más, una legislatura que lleva ya mucho tiempo caminando sobre el alambre. El presidente, inasequible al desaliento, no parece dispuesto a dar su brazo a torcer pese al nuevo órdago de Carles Puigdemont, y muchos se aventuran a pensar que quizá Sánchez se avenga a regalar al expresident su deseada foto juntos en Waterloo para calmar las aguas.
Siempre estará, si no, la amenaza de un posible gobierno del PP con la ultraderecha, argumento que de momento le funciona a Sánchez con sus aliados nacionalistas. Al menos con los vascos. EH Bildu tiene claro que debe aguantar al Gobierno socialista y el PNV también, pese a que se sabe permanente objeto de deseo de Núñez Feijóo. La incertidumbre en la que se mueve la política española, en la que el partido de Aitor Esteban, hombre bregado en Madrid, quiere ser actor principal, parece condicionar los pasos del PNV en la negociación sobre el nuevo estatus vasco.
Los jeltzales buscan un acuerdo con EH Bildu y los socialistas que realmente suponga un avance en el autogobierno y el reconocimiento de la plurinacionalidad del Estado, pero no quieren volver a repetir el fracaso del plan Ibarretxe. Y como no saben quién puede ser el futuro inquilino de La Moncloa, andan con pies de plomo.
Por ello, Pradales ensaya salidas con anclaje legal como la disposición adicional del Estatuto. También Arnaldo Otegi plantea la idea del Concierto Político. Fórmulas 'light' del derecho a decidir para intentar enrolar al PSE. El acuerdo a tres sobre este tema parece la cuadratura del círculo, pero la complicada coyuntura política exige cesiones y altura de miras.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión