En unas reflexiones de 1983, Teresa del Valle analiza ritos de paso arraigados en el contexto vasco. Como señala, este tipo de ritos pretenden ayudar ... al tránsito entre distintos estadios de la vida: el paso de la infancia a la adolescencia, de la adolescencia a la madurez o, en el caso de los ritos asociados a la muerte, de la vida real a otros estadios. Precisamente el caso de la muerte llama su atención como antropóloga y se detiene para examinar las tareas que deben abordar los allegados a quien acaba de fallecer. Por una parte, los asuntos prácticos del ritual como es la preparación del funeral; por otra, los quehaceres vinculados a lo que denomina el bienestar de la persona muerta y que –nos dirá– pone a la comunidad frente a frente con las creencias sobre «un más allá», con el reto de asegurar el bienestar de quien ha fallecido.
Una tesitura similar confronta hoy la antropología vasca con la muerte de Teresa del Valle. En este caso, la preocupación no es tanto con las cuestiones prácticas de la despedida, sino con el mantenimiento de su legado y la responsabilidad de velar por el bienestar de su pensamiento, dando continuidad a un modo singular de entender y practicar la antropología, como tarea que engloba investigación, docencia y socialización de conocimientos.
Todo ello en un momento histórico complejo, como lo fue el que la propia Teresa del Valle encaró a su regreso a Euskal Herria tras la muerte de Franco. Dejó atrás sus años de formación en Estados Unidos y Micronesia y decidió participar de la efervescencia socio-política de finales de 1970. Una implicación con diferentes expresiones; como docente, abriendo camino para la antropología en la Universidad del País Vasco (UPV/EHU). El documental 'Pioneras' (2021) dirigido por Inge Mendioroz (2021) y producido por el grupo de investigación en antropología feminista AFIT (UPV/EHU), recoge su testimonio emocionado al hablar de las aulas repletas de alumnado en Zorroaga. Una expresividad y vitalidad al recordar aquellos años que la retrata como docente: para ella la enseñanza era una prioridad en la universidad. Igual de entusiasta se mostraba e la investigación. En aquellas aulas de Zorroaga se crearía un grupo que puso en diálogo antropológico y feminista.
Fruto de esta alianza y del trabajo colectivo destaca el libro 'Mujer Vasca. Imagen y realidad' (1985), hito en la antropología y punto de partida de la antropología feminista vasca. Una línea de trabajo reforzada con la creación del Seminario de Estudios de la Mujer. Al frente del Seminario, el pensamiento y el hacer de Teresa del Valle han contribuido a una antropología vasca innovadora, compleja, dinámica y feminista, como lo es el conjunto de su obra. De hecho, ésta se articula en torno a los conceptos de la teoría feminista contemporánea.
Pero más allá de lo académico, Teresa del Valle mostró un sincero compromiso con su entorno. Implicación que iba de lo más cercano a lo general, al conjunto de la cultura vasca. Muestra de ello sería su gusto por las tradiciones, fiestas y rituales; por la música, el arte, los museos; su interés por la arquitectura y el paisaje. Este compromiso le llevaron a participar en diferentes asociaciones y entidades. Pero también a compartir sus reflexiones como colaboradora en prensa, escribiendo en este periódico, entre otros. Lo hacía desde la convicción del valor de la aportación de la antropología a los debates sociales y en la creencia de que los medios de comunicación sirven como altavoz, pero también como invitación a la conversación con quién está al otro lado. Decía que disfrutaba recibiendo comentarios a sus artículos de personas con las que se cruzaba a diaria, por ejemplo, ir a comprar el pan.
La trayectoria de Teresa del Valle es extensa, rica, diversa. Con una proyección a diferentes escalas: como conferenciante en cualquier pueblo de Euskal Herria; como invitada en universidades españolas o como ponente en congresos europeos y eventos en Latinoamérica, especialmente en México. Por todo ello ha recibido importantes reconocimientos, como los premios Emakunde 2010 o Eusko Ikaskuntza-Laboral Kutxa 2018. Era consciente del valor de estos galardones, pero, como antropóloga le nutría el contacto con los lugares y sus gentes, las relaciones, la conversación. Por eso convertía cualquier encuentro en un momento especial de intercambio y reciprocidad. Reflejo de ello son las densas redes que fue tejiendo a lo largo de su vida. Nos congratula especialmente formar parte de esa red, como alumnas, amigas, colegas. Teresa del Valle nos ha acompañado a muchas de nosotras no sólo en la práctica antropológica sino en el hacer vida, tareas para ella inseparables. Por eso su mentorazgo era diferente. Era un soporte que abarcaba lo académico y también lo personal y que fue prolongándose a lo largo de las distintas fases vitales, nuestras y suyas, madurando y envejeciendo, hasta el final.
Martha Patricia Castañeda afirma que las genealogías feministas son elaboraciones culturalmente situadas, que recurren a la recuperación del pasado para analizar el presente y apuntar a futuras transformaciones. Una visión de la genealogía que va más allá del registro de hitos biográficos o profesionales, para plantearla como ejercicio de configuración que incluye la mirada crítica, las relaciones, los aprendizajes, las disputas, las emociones y los afectos, las luchas políticas. El adiós a Teresa deja paso a la labor de pensar sobre su lugar en la genealogía de la antropología y teoría feminista vasca.
Su ausencia nos deja huérfanas pero nos queda su obra y su recuerdo.
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