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Cartas al director

La fractura de la luz

Jon Arza Pérez

Pasai Antxo

Sábado, 10 de mayo 2025, 06:21

Hágase la luz, ordenó mi abuelo cuando ésta se rompió súbitamente a causa de un repentino apagón que dejó la noche a oscuras. A mi ... abuelo, sin embargo, no se le apagó la voz. Me dijo que las bombillas son cantimploras llenas de luz que la oscuridad se bebe de un sorbo. Y eso era lo que nos había pasado: la oscuridad se nos había bebido de trago la luz de la casa. Al menos, la factura será más barata, añadió. Al revés, su coste fue mayor. Nos habían cobrado, aún más caro, el uso de la penumbra. Como llevábamos semanas padeciendo constantes cortes de luz en nuestra comunidad, achacamos el apagón a nuestro irresoluble problema vecinal. Cuando supimos que afectaba a todo el pueblo, nos aliviamos. Pero, al saber que la afección se extendía a todo el país, nos alegramos, porque no sólo era asunto nuestro. Nos convertimos, sin pretenderlo, en dos de esos tontos que se consolaban con el mal de muchos.

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