Una sola salud
Bienestar humano, animal y ambiental están interconectados y precisan la colaboración de autoridades, científicos, veterinarios, ganaderos y ciudadanos
Stanley Prusiner, neurólogo y bioquímico estadounidense, propuso en 1982 que ciertas enfermedades neurodegenerativas conocidas como encefalopatías espongiformes transmisibles (EET) eran causadas por una partícula infecciosa ... proteica desprovista de genoma. A pesar de ser tratado de loco por algunos colegas y ver comprometida la financiación de sus investigaciones, su constancia lo llevo a recibir el Premio Nobel de Medicina en 1997 por el descubrimiento del 'prión'.
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¿Qué ocurrió en esos quince años para que Prusiner pasase de los infiernos a la gloria?
En los años 80, veterinarios ingleses detectaron comportamientos anormales en vacas. Hubo que esperar a 1986 para que se las diagnosticara de encefalopatía espongiforme bovina (EEB) atribuida a la alimentación con harinas elaboradas a partir de ovejas infectadas con tembladera ('scrapie'), la enfermedad que Prusiner utilizó como modelo para sus estudios del prión. Pero lo más grave estaría por llegar, al descubrirse en 1996 que el consumo humano de tejidos bovinos infectados era el responsable de una variante de la fatal enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (ECJ), la misma EET que en 1972 indujo a Prusiner a iniciar sus investigaciones por ser la causa de muerte de uno de sus pacientes.
'One Health' propone un nuevo enfoque para abordar los complejos problemas sanitarios globales
Lo que se conoció como la 'crisis de las vacas locas' dejó de ser un asunto de sanidad animal de pérdidas millonarias, para convertirse en una seria preocupación de salud pública. El Gobierno británico, desoyendo el asesoramiento científico, no aplicó inicialmente las medidas de prevención y control necesarias, intentando minimizar, silenciar y ocultar al exterior la situación. No se trató precisamente de la primera zoonosis de importancia conocida, ni de la mayor alerta de seguridad alimentaria, pero fue la crisis global que nos enseñó cómo no deben gestionarse este tipo de emergencias.
Para cuando en 1999 el Ejecutivo británico se vio obligado a reconocer su fracaso, ya era demasiado tarde, la enfermedad había llegado a Irlanda, Francia, Portugal y en el año 2000 a Carballedo (Lugo). Ante la aparición de decenas de casos confirmados de EEB, las autoridades españolas, en coordinación con las europeas, implementaron el sacrificio inmediato y masivo de animales, controles estrictos de trazabilidad y certificación en los mataderos, la retirada de los materiales específicos de riesgo y la prohibición de harinas animales en la alimentación del ganado. Gracias a estas medidas rigurosas, costosas y en cierta medida antipopulares, prácticamente no se registran focos de EEB en España en la actualidad.
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En las últimas décadas la globalización, la intensificación de los sistemas de producción y el cambio climático han favorecido la propagación de enfermedades que afectan tanto a animales como a personas y al medio ambiente. La transmisión mundial por aves migratorias del virus de la gripe aviar ha obligado al confinamiento de gallinas con la consiguiente elevación del precio de los huevos. La dermatosis nodular contagiosa ha supuesto la restricción de movimiento del ganado bovino. Y actualmente, la peste porcina africana tiene su foco en una población salvaje de jabalíes, rodeada de una zona de inmovilización que afecta a decenas de granjas de porcino, que aun sin estar afectadas se verán obligadas al sacrificio de sus animales. Aunque no existe el riesgo de contagio a personas, la rápida actuación de las autoridades y la colaboración de científicos, veterinarios, ganaderos y la ciudadanía en general es clave para erradicar el virus y proteger la economía
Hemos tardado mucho en aceptar que la salud humana, animal y ambiental no solo están interconectadas y dependen una de las otras, sino que prácticamente son solo una salud y requieren de una visión integral y completa. La iniciativa 'One Health' propone un nuevo enfoque para abordar los complejos problemas sanitarios globales. El actual Plan de Acción Conjunto 'Una Sola Salud' (2022-2026) de la asociación cuatripartita FAO, PNUMA, OMS y OMSA busca fortalecer las capacidades colaborativas de médicos, veterinarios, ecólogos, agrónomos o tecnólogos de alimentos para prevenir, detectar y controlar pandemias y zoonosis, combatir resistencias a los antibióticos, reforzar la seguridad alimentaria y minimizar el cambio climático y sus efectos.
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Pero afrontar de una forma proactiva tanto estos retos conocidos como los que todavía desconocemos requiere la incorporación al sistema de nuevas infraestructuras debidamente dotadas humana y económicamente. Debamos educar a las futuras generaciones en los nuevos retos y apoyar a los jóvenes investigadores que, con ilusión, esfuerzo y vocación, trabajan para hacer de este un mundo mejor y aspiran a ser algún día un Stanley Prusiner.
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