Solas
Jesús Jaime Ruiz Antón
San Sebastián
Domingo, 15 de junio 2025, 06:27
Bajo a por el periódico. La panadera me hace señas al verme pasar. Entro. Es temprano y no hay trajín todavía. «¿Has visto al de ... la gorra?». No he visto a nadie pero me quedo charlando con ella. Al rato pasa el de la gorra, acompañado. «Es el de la otra vez», me dice. Y el de la otra vez es un individuo que hace pocas semanas se dio un paseo por la panadería, la tienda de chuches donde compro el periódico y un bar que estaba abriendo. Entró, miró y no compró nada. Bajo capucha y gorra estaba tanteando el terreno; unas palabras mal soltadas y mirada torva en cada negocio para acabar robando en el estanco, tres calles más arriba. Detenido y profiriendo amenazas de que volvería, ya está en la calle. Los negocios del barrio están casi todos al mando de mujeres, que además de tener que pelear con el día a día, también lo hacen con este tipo de individuos. No es la primera vez ni será la última que las intimidan o roban. Y la policía, da igual el color del uniforme, ya no pasea, ya no es cercana; a lo sumo una ronda en coche, no todos los días, y ya está. Estas mujeres están solas y quien debe velar por su seguridad mira para otro lado.
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