El lado oscuro de las redes

Es incalculable el valor que nos otorgan las redes sociales y cómo han cambiado la forma en que nos relacionamos. Comunicarse instantáneamente con un familiar o un amigo que se encuentra en la otra punta del mundo era inimaginable hace cien años. Las ventajas son obvias, pero las redes guardan un lado oscuro. Cuando hacemos uso de estas plataformas 'gratuitamente', cedemos una cantidad enorme de datos personales con el que se desarrolla un perfil de uso para alimentar y desarrollar algoritmos que muestran contenido de interés al usuario para que este permanezca más tiempo en la plataforma. Los algoritmos son desencadenantes de modas nocivas para la salud de determinados grupos de edad; alimentan sesgos cognitivos difíciles de romper y favorecen a la polarización de las masas. Fue Frances Haugen, antigua trabajadora de Facebook, quien sacó a la luz la información confidencial del grupo en 2021 donde explicaba que Instagram y Facebook promovían la difusión de contenido violento y tóxico. Con esto no quiero decir que debamos vivir sin redes sociales, pero lo que sí debemos hacer es un examen crítico de la situación para usar esas redes como una herramienta sin que ellas nos dominen.