¡Cuidado forastero!

¡Me lo das o te lo quito! Ni una palabra más. El propietario del mayor rancho del valle mandaba a sus secuaces para amedrentar ... a los pobres vecinos agricultores, les cortaba el agua, les quemaba sus chabolas, mandaba sus vacas a pisotear los cultivos para que les cedieran sus propiedades o se los cargaba sin más... Ya ves, el guion de tantos westerns americanos se ha hecho realidad, se lo han creído. Falta que venga el «bueno» de turno, tipo Alan Ladd, para que se enfrente a sus pistoleros. De momento, parece que va a tardar. La gala de los Oscar, históricamente reivindicativa, ha sido tibia. ¡Cualquiera se mueve! Así que dame Groenlandia y tú desembucha el Canal de Panamá que me interesa, Canadá me pertenece porque mi abuelo pescaba en sus ríos, también tú, payaso, suelta ya las tierras raras. La guinda es construir un resort encima de los muertos gazatíes. Que venga pronto «el bueno».