Un lehendakari crítico, coherente y audaz
Iratxe Lopez de Aberasturi, Estibaliz Ibañez De Gauna y Ainhoa Mouriz
Afiliadas de Eusko Alkartasuna
Miércoles, 25 de junio 2025, 02:00
El homenaje al lehendakari Carlos Garaikoetxea Urriza y aquel primer Gobierno Vasco de hace 45 años llega con la política en horas bajas y en ... un momento en que las adictas a la política que ya tenemos una edad podemos caer en nostalgia de tiempos mejores, o por lo menos más elegantes, más constructivos. En los tiempos de «me gusta la fruta», el discurso apasionado del lehendakari debería ser parte de los cursos de oratoria de políticos en formación. Quienes íbamos a los mítines de la mano de aita o ama en los albores de eso que el propio homenajeado definió como la transición inacabada recordamos su carisma. Aprendimos que cuando, relajado y cómodo, metía la mano en el bolsillo derecho del pantalón, llegaba lo bueno. El lehendakari lograba los vítores a base de improvisación, dotes para la oratoria y carisma. Supimos también que se apasionaba de tal forma que necesitaba al añorado Jon Kerejeta para recordarle, con un gesto, que no se alargarse.
Una periodista parlamentaria de la época nos recordaba hace poco que tras sus ruedas de prensa era habitual tener que buscar el significado de algún vocablo en el diccionario, cuando eso no consistía en coger el teléfono y abrir Google, sino en acudir al Espasa Calpe. Un fotógrafo contaba también que las ruedas de prensa minutos de retraso, que el protagonista justificaba con sonrisas, elocuencia y un pertinaz atasco en la autovía. En tiempos de los comisionistas, el compromiso del lehendakari debería ser el faro que ilumine a la clase política actual. Aunque el trabajo de los lehendakaris José Antonio Aguirre y Jesús María de Leizaola fue enorme, se realizó en contexto de guerra y exilio, por lo que Garaikotxea tuvo que enfrentar la enorme tarea de construir el entramado institucional de esta parte del país.
Tuvo que 'inventar', incluso, lo que suponía ser lehendakari en un momento en el que faltaba todo: Concierto económico, infraestructuras, industria competitiva, servicios sociales y de salud, euskera, protocolo... Parece difícil imaginarlo hoy, cuando todas sabemos qué es Lakua o dónde está el Parlamento Vasco, pero hace 45 años Lakua estaba llamado a ser un geriátrico y el edificio del legislativo de La Florida era el instituto en el que había estudiado media Gasteiz.
Afrontó estos retos de la mano de un equipo de profesionales de primera línea que detuvo su vida profesional y personal para trabajar por el País, en mayúscula, ya que el lehendakari, navarro, imprimió la visión de los siete herrialdes en un Gobierno abertzale y con vocación de convertirse en nacional. Un Gobierno de personas brillantes, que Garaikoetxea lideró a la vez que alentó, y que puso las bases de asuntos tan básicos como EITB, Ertzaintza, Osakidetza o Sinfónica de Euskadi. Y, por supuesto, la primera Ley del Euskara, empeño personal de un euskaldunberri que reconoció que la defensa del euskara fue su mayor motivación para entrar en política. Todo esto, a la vez que afrontaba una brutal reconversión industrial, la Loapa y los pinchazos telefónicos. Afrontó esta monumental tarea con estrategias que aún hoy resultan audaces.
Recientemente, con motivo de la tragedia de la dana en Valencia, se comparaba la actitud de Mazón, relajado en un restaurante, con la conocida fotografía del lehendakari, con corbata y botas de goma, pisando el fango en un Bilbao devastado. Tomó el mando del ejército español a efectos del trabajo frente al desastre... ¡en la Euskal Herria de 1983! En el recuerdo el enorme esfuerzo y solidaridad que impulsó, añadiendo un plus al IRPF para hacer frente a los estragos de la riada, haciendo al conjunto de la ciudadanía corresponsable de la recuperación. Habrá quien diga que hizo lo que hizo porque le tocó, pero su carácter audaz y crítico hizo que se pudiera llegar tan lejos, que el Concierto y el Estatuto fueran los mejores que podían ser en ese momento o que EITB naciera por política de hechos consumados, entre muchos ejemplos.
Su personalidad coherente y crítica fue también la que le llevó a dimitir, en contra de sus propios intereses, pero a favor de sus ideales; la que le llevó a crear Eusko Alkartasuna; la que le hizo declinar la propuesta que el PSOE le hizo en 1987 para volver a la Lehendakaritza dos años después de la dimisión y que rechazó por no aceptarse la condición del traspaso de la Seguridad Social.
En estos tiempos de políticos acomodaticios, la trayectoria del lehendakari nos demuestra que ser crítico y coherente da resultados. Eskerrik asko, lehendakari Garaikoetxea!
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