Nueva industrialización vasca
La fuerte inversión anunciada por el lehendakari debe proteger a la industria de turbulencias exteriores, pero también atajar su declive
Euskadi ha decidido remangarse para potenciar su industria, un sector afectado por la incertidumbre internacional pero también por síntomas propios de cierta decadencia. Presentada ayer ... por Imanol Pradales en vísperas de su primer año como lehendakari, la nueva industrialización está concebida para insuflar una vida renovada al corazón de la economía vasca. El plan movilizará un paquete de inversiones «histórico» por valor de 16.000 millones –de los que 3.900 procederán de fondos públicos– con un doble objetivo que es preciso afrontar con urgencia para frenar la pérdida de puestos de trabajo industriales y, a la vez, la sangría del cierre de empresas.
Por un lado, trata de blindarse de las turbulencias abiertas por las guerras comerciales cruzadas por Estados Unidos y el resto del mundo. Un peligro que ahora mismo está en manos de un Trump tan imprevisible en la gestión arancelaria como nocivo para la estabilidad de los mercados. Por otra parte, aspira a corregir las debilidades reales del País Vasco, afloradas con fuerza en la automoción, un mercado sometido a una feroz competencia, especialmente por la irrupción del coche eléctrico de China; y en la precaria potencia eléctrica de la red vasca. Es necesario ampliar los enchufes para consolidar los 75.000 puestos de trabajo que hoy están en riesgo y para devolver la seguridad a más de un centenar de compañías.
El paso adelante dado por el Gobierno Vasco confirma el interés prioritario por el sector industrial, el tejido productivo que más arropa al empleo y seña de identidad de la vitalidad de la economía vasca. Por mucho tirón que afortunadamente tengan el turismo en Euskadi y la actividad asociada al mundo de los servicios, motores que hay que preservar para ampliar las oportunidades de progreso laboral, conviene recordar que la industria representa una cuarta parte en el Producto Interior Bruto (PIB) de la comunidad. Sus empresas emplean a 200.000 personas e ingresan más de 70.000 millones de euros al año. El Gobierno de coalición PNV-PSE utiliza de algún modo este plan industrial para corregir los déficits detectados en lo que va de legislatura, incorporar nuevas necesidades y señalar campos de crecimiento como las tecnologías y la robótica. A pesar de incertidumbres y declives, cuenta a su favor con las señales de fortaleza emitidas por la economía vasca en el arranque del año, con un crecimiento del PIB del 2% y 400 millones más recaudados en las tres haciendas.
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