Ararteko, un faroen Euskadi
La despedida de Manuel Lezertua como Ararteko, anunciada esta semana tras diez años en el cargo, pone de relieve la vital importancia de su función ... en la defensa de los derechos de los ciudadanos en Euskadi. El Defensor del Pueblo vasco se ha ganado la confianza y el respeto gracias a una acreditada independencia y rigor en su doble tarea de ser una figura incómoda para los poderes públicos y, a la vez, colaborativa con ellos en la resolución de los problemas. Aunque no tiene capacidad sancionadora y sus resoluciones no son vinculantes, se bate el cobre en la denuncia de las negligencias, los abusos y las precariedades de la Administración vasca, obligada a contestar a sus recomendaciones. El Ararteko, durante el mandato de Lezertua, ha sido también un foco que su sucesor o sucesora deberá mantener encendido para alumbrar a los vascos en sus conflictos con las instituciones. Lezertua ha puesto el foco en la desigualdad, el machismo de la juventud y la necesidad de convivencia con la inmigración. Y ha sido capaz de situar en primera línea y sin aspavientos el problema de la vivienda, el ruido y la contaminación de nuestros municipios. Quien tome su relevo tiene tarea por delante.
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