Crema catalana
Pedro Sánchez, que es presidente del Gobierno de España, y Quim Torra, que sólo preside la Generalitat de Cataluña, han pactado buscar una propuesta política ... en el marco de la seguridad jurídica tras su última reunión en el Palacio de Pedralbes en Barcelona. Ambos buscan una respuesta democrática para el conflicto catalán, antes de que se haga extensivo a toda España.
Mientras esto sucede, el Congreso de Diputados ha aprobado la ley de muerte digna con amplia mayoría, con el voto de apoyo del Partido Socialista Obrero Español, del Partido Popular, de Ciudadanos y también de Unidos Podemos.
La norma aprobada por el Congreso era la requerida por el partido liderado por Albert Rivera, que sabe que eutanasia significa «buena muerte». Todos, excepto los suicidas, sabemos, como lo supo Jorge Luis Borges, que la muerte, además de vasta y vaga, es necesaria.
La rebeldía catalana ha pasado a ser disidencia abierta contra el Estado, que somos todos, mientras no haya unas nuevas elecciones generales y elijamos otro.
Lo que antes era encrucijada se ha tornado disidencia abierta. Los que no quieren ser España, que no son todos catalanes, han ganado la triste batalla.
Todo sucede cuando se desmorona el Estado que, además de usted y yo, somos todos, incluso los que no han nacido aquí y no alardean de españolistas, que es una tarea de alto riesgo.
Hasta que no haya nuevas elecciones generales, hay poco que hacer, pero hay que hacerlo y no tenemos ni ganas ni fuerzas, porque no siempre querer es poder. ¡Qué más quisiéramos!
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