Uno nota a veces que lleva dentro una carga peligrosa a punto de explotar, algo que necesita expulsar. Unos sapos que tuvo que tragar; las ... maldiciones que uno reprimió porque no está bien soltarlas; esos golpes en la mesa que bien podrían haberla partido en dos... La última gota que desborda el vaso. De bordar emocionalmente el paño con paciencia de santo a, de pronto, rasgarlo por la mitad. Del control a toda costa al estallido de la descarga abrupta que se veía llegar.
Publicidad
Las cartas dirigidas a esta sección no deberán exceder los 900 caracteres con espacios y han de llegar a la Redacción debidamente identificadas con firma, nombre y apellidos, y número de DNI. Es imprescindible adjuntar dirección y un teléfono de contacto. La Dirección de El Diario Vasco se reserva el derecho a resumirlas y no se mantendrá correspondencia escrita, personal o telefónica sobre las mismas.
Los envíos se harán bajo el encabezamiento «Cartas al Director» por cualquiera de estas vías:
Por correo: Mikeletegi Pasealekua 1. 20009 Donostia San Sebastián
Por correo electrónico: redaccion@diariovasco.com
Suscríbete los 2 primeros meses gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión