España frente a Israel
¿Lo que hace Netanhayu en Gaza se puede considerar una 'acción civilizada'? Lo que ocurre en la Franja va contra todos los principios de la UE, contra los Derechos Humanos y contra las convenciones firmadas por Israel
Se cumple un año del reconocimiento del ejecutivo español al Estado de Palestina y las relaciones con Israel, como era de esperar, han ido a ... peor en estos doce meses. La limpieza étnica que está llevando a cabo Tel Aviv en Gaza sólo ha servido para agriar aún más la situación. Al punto que Pedro Sánchez se ha convertido en un referente de la causa palestina, pese a las contradicciones en que ha incurrido su administración respecto de la compra de armamento y sistemas de defensa a aquel país. Sin embargo, hay que reconocerle que, desde el primer momento, fue una de las voces críticas con el comportamiento del Ejército israelí en la Franja. A diferencia de Úrsula von der Leyen y otros dirigentes europeos, Sánchez tardó un tiempo en entrevistarse con Netanyahu tras el atentado del 7 de octubre de 2023. Y lo hizo desde la discrepancia, lo que no gustó nada al premier israelí. Y menos aún, cuando Sánchez y su homólogo belga, Alexander De Croo, se dirigieron a la parte egipcia del paso de Rafah el 24 de noviembre de ese mismo año para pedir el fin de las hostilidades y la solución de los dos estados.
Aunque en ese momento Sánchez apenas recabó apoyos entre sus socios europeos, lo cierto es que la brutalidad empleada en Gaza le está dando la razón. El pasado 24 de mayo, en el congreso de la Internacional Socialista celebrado en Estambul, volvió a insistir en que la situación en la Franja era inaceptable. Y al día siguiente se reunieron en Madrid delegaciones de una veintena de naciones, además de la UE, la Liga Árabe y la Organización de la Conferencia Islámica, solicitando el fin del bloqueo de Israel sobre la Franja de Gaza y la materialización de los dos estados como la mejor garantía para la paz. El anfitrión de esta reunión, el ministro de Exteriores José Manuel Albares, demandó incluso el embargo de armas, reflexionando al mismo tiempo sobre la necesidad de cuestionar el acuerdo de asociación que Israel tiene con la Unión Europea por no acatar los derechos humanos. En este sentido, tampoco descartó aplicar sanciones individuales, empezando por el propio Netanyahu, para quien la Corte Penal Internacional ha reclamado su arresto por crímenes de guerra y de lesa humanidad, sin que, de momento, haya tenido consecuencia alguna, puesto que el viaje que Netanyahu realizó en abril a la Hungría de Orbán supuso todo un desafío a dicho tribunal.
Con una Franja de Gaza destrozada por los bombardeos y la masacre de 54.000 asesinados, el ejecutivo de Sánchez está impulsando una actuación unilateral que, si bien de forma lenta, está empezando a calar. Canadá, Reino Unido y Francia se alejan progresivamente de un Netanyahu que está llevando a Israel a convertirlo en un estado paria, como en su día lo fue la Sudáfrica del apartheid, sólo defendido por Washington. Hasta Austria y los Países Bajos están cuestionando su apoyo a Tel Aviv. Por añadidura, el canciller Merz ha llegado a afirmar que el proceder de Israel hacia los civiles en Gaza «es algo que ya no se puede justificar con la lucha contra el terrorismo de Hamás». Es un pequeño paso para una república como la alemana, que aún vive bajo la losa de haber asesinado a millones de judíos en los años cuarenta. ¿Acaso es consciente de que Alemania no puede seguir culpándose de la «solución final» judía para justificar la matanza de los gazatíes? Por eso, Merz ha añadido que el gabinete de Netanyahu podría estar violando el derecho internacional.
Desde luego, estos movimientos no son inocuos y dejan a Netanyahu cada vez más aislado internacionalmente, algo que podrá comprobarse en esa resolución que España y Palestina van a presentar a la Asamblea General de las Naciones Unidas para instar a Israel a levantar el bloqueo sobre Gaza y a permitir la entrada de una ayuda humanitaria que sea distribuida por la ONU y ONGs «con el respeto de los principios de imparcialidad, independencia y neutralidad», tal como lo anunció el propio Sánchez en Estambul. Ahí los gobiernos tendrán que retratarse nuevamente, empezando por Estados Unidos, que, a pesar de sus divergencias con 'Bibi, sigue sin cuestionarlo abiertamente. Es de esperar que Israel volverá a contar con el favor de la extrema derecha, lo cual no deja de ser sumamente llamativo si tenemos en cuenta que son ellos los herederos intelectuales de quienes perpetraron, o dejaron hacer, el Holocausto.
Si entonces consintieron la liquidación de los judíos, ahora se alinean con Netanyahu y sus socios extremistas, xenófobos y ultranacionalistas para acabar con los gazatíes. Curiosamente, el primer ministro israelí sigue hablando de una pugna de la civilización (representada por Israel) contra la barbarie. ¿Lo que está haciendo en Gaza puede ser considerado como una acción civilizada? Su intervención en la Franja va contra todos los principios en los que se ancla la UE, contra el Derecho Internacional, contra las distintas convenciones firmadas por Israel y contra los Derechos Humanos. Así que, por favor, no en mi nombre, señor Netanyahu.
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