Otros cielos, 'Más allá'
Las publicaciones periódicas son un termómetro de la cultura de un país, una cartografía de su estado mental
Del tiempo en que trabajé en Madrid, hace una década, me quedan dos recuerdos imborrables: mi ingreso como Amigo de Número en la Delegación en ... Corte de la Bascongada, y el primer reportaje que fue portada de una revista nacional. Versaba sobre las claves del milenarismo islámico, a cuenta del fenómeno ISIS. Siguieron muchos más. Las anticipaciones futuristas de Philip K. Dick, las profecías de Juan XXIII, la inspiración escocesa de Bran Stoker, los misterios de Eleusis, y así sucesivamente.
Hoy, esa revista, 'Más Allá', un referente en la indagación de lo extraño, se suma al elenco de las que van desapareciendo sin que nadie parezca lamentarlo. Bien merece un réquiem como el que le dedica en 'La Razón' Javier Sierra, su director entre 1998 y 2005. Cuenta la historia de una odisea editorial, 170.000 ejemplares de tirada en sus años de oro, treinta y seis sin faltar a su cita con sus lectores, más de cuatrocientos números.
Nuevos tiempos, nuevos usos. Las pantallas todo lo devoran. El mantra de la rentabilidad hace inviable el papel. Sólo desde 2008, las revistas mensuales han perdido cerca de diez millones de lectores. ¿Qué más se pierde? No sólo el olor a tinta y el susurro inspirador de la página.
Las publicaciones periódicas son un termómetro de la cultura de un país, una cartografía de su estado mental. Por más deslumbrante que se presente, una web no es una revista, es un intangible. Dentro de veinte años, la mayoría habrán perdido su servidor y también desaparecerán, en su caso, sin dejar huella escrita.
¿Ha desaparecido igualmente el pensamiento heterodoxo? Menéndez Pelayo documentó su secuencia en nuestro país, desde Prisciliano a Olavide y sus volterianos del XVIII. Ahí estaban los herejes de Durango, el mundo mágico del marqués de Villena, el iluminado Raimundo Lulio y cien más. Sin llegar a tanto 'Más Allá' catalizaba una forma de resistencia. No sólo frente al imperio de la ortodoxia. Lejos de cualquier profesión de fe, invitaba a sus lectores a entrar en otra dimensión, la de lo no aceptado pero pulsante, la de lo imposible pero cierto.
Soñar otros mundos, otras realidades, no es sólo literatura. Abre la mente, despierta preguntas, induce a ver, ciertamente, más allá. Hoy lo contamos en imágenes, pero perdemos los papeles, la memoria escrita. 'Más Allá, «una revista que te llevará muy lejos», prometía su primer número. El último abre una incógnita sobre el vacío que deja una revista cuando muere. Y nadie se pregunta por qué.
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