Ojalá el Ebitda haya pasado buena noche
El sistema económico hace con sus indicadores lo mismo que Disney con los animales: humanizarlos. Conocemos personalmente a gente tan encantadora como Índice de Precios ... al Consumo, Producto Interior Bruto o Señor Euribor. Recordemos los desasosiegos que causó aquella psicópata llamada Prima de Riesgo, que si hoy lleva una plácida vida retirada de la vida pública se debe a las transfusiones de plasma que recibió de la ciudadanía. Por ahí tenemos también al Down Jones y al Ibex-35, a los que hay que tomarles las constantes vitales, dada su tendencia a desvanecerse sin avisar.
La palabra 'CEO' para designar algo que siempre existió irrumpió a la vez que la palabra 'Ebitda', otro personaje emocionalmente inestable y con una personalidad tiránica. Ahora hemos caído en la cuenta de que hasta los hospitales públicos de gestión privada disponen de sus propios Ebitdas, enemistados con los pacientes e inmersos en una relación de dominación con sus CEO's. Hay Ebitdas monógamos, pero si están en la 'colaboración público-privada', significa que practican el poliamor y en este tipo de relaciones siempre sale perdiendo uno de los tres implicados, no hace falta decir cuál. El del Hospital de Torrejón le ha puesto deberes a su CEO, que tras un período de reflexión, ha concluido que curar enfermos está bien, pero tampoco hace falta que sean tantos. El mundo económico es un sistema de tensiones y al lógico egoísmo del paciente que desea que le operen cuanto antes, el CEO contrapone las necesidades del Ebitda, que al fin y al cabo, también es una persona, con sus derechos y sus prebendas. No hay mejor noticia al despertar en el hospital que saber que el Ebitda ha pasado una buena noche.
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