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El que enciende y apaga la luz

Alberto Moyano

San Sebastián

Domingo, 4 de mayo 2025, 02:00

En España, la falta de autoestima colectiva se combate con relatos hiperbólicos, por lo tanto, lo acontecido el lunes se lee en clave de «exhibición ... de civismo» en la modalidad de unas horas sin luz. Ítem más: el arrebato nostálgico que acompaña a cualquier contratiempo, leve o grave, se manifestó esta vez en forma de loas a la recuperación de la atávica tradición de charlar con los vecinos, a visitar a la abuela, al fluir del tráfico rodado cuando no funcionan los semáforos y al viejo transistor del Carrusel Deportivo. Es más sencillo estar a favor de la autodeterminación de los pueblos que tomar decisiones en primera persona del singular. En este relato, el gran villano es el móvil. Todo esto no impidió que los mismos heraldos del retorno al feliz pasado emitieran otros mensajes contradictorios, del tipo «recordad que en la Cañada Real llevan viviendo así cuatro años», con el estribillo de «sólo el pueblo salva al pueblo».

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