«Entró empuñando un cuchillo en el estanco y me pidió que le diera todo el dinero»

Los hechos tuvieron lugar sobre las 18.30 horas, cuando un varón accedió a un estanco situado en el número 3 de la calle Gelasio Aranburu, en pleno centro urbano del distrito pasaitarra de Antxo. En ese momento, al otro lado del mostrador se encontraba únicamente la trabajadora del establecimiento. «Un chico entró empuñando un cuchillo y me pidió que le diera todo el dinero que tenía», declaró a este periódico la empleada, quien añadió que el comportamiento del presunto atracador había despertado días antes sus sospechas y las de otros comerciantes vecinos. «Ya lo teníamos vigilado porque le veíamos la intención. Se acercaba a la puerta del estanco y si veía que había gente dentro, se echaba para atrás. Y así, un montón de veces. El del bar de al lado ya estaba al tanto y también varios de sus clientes», manifestó.

Cuando, finalmente, el individuo accedió a su comercio la tarde del lunes, el responsable del bar situado a muy pocos metros y algunos clientes se acercaron a comprobar si había algún problema. «Vinieron a ayudarme. Impidieron que me atracase y lo retuvieron cuando se quiso dar a la fuga hasta que vino la Ertzaintza», señaló la trabajadora del estanco.

Según informa el Departamento de Seguridad del Gobierno Vasco, cuando los efectivos de una patrulla se personaron en el lugar de los hechos, pudieron observar cómo el ladrón estaba siendo retenido en el suelo por varias personas. A su lado, había un cuchillo de ocho centímetros de hoja. El mismo que, al parecer, había utilizado minutos antes para amedrentar a la empleada del comercio.

La Ertzaintza procedió a la detención del varón para, una vez finalizadas las correspondientes diligencias policiales, ser puesto a disposición judicial a lo largo de la jornada de ayer.

Pese al desenlace del suceso, la trabajadora no ocultaba ayer que siente «temor» de que pueda repetirse un hecho similar, ya que Pasai Antxo está «desprotegido». Sin embargo, confesaba no tener miedo porque «de lo contrario, no podríamos venir a trabajar».