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Los músicos sanjuandarras acompañaron a los remeros en el recibimiento.

La fiesta saltó al otro lado de la bahía

San Juan brindó un recibimiento a las Batelerak por su doble victoria, unida a la de Oiartzun

ELENA VIÑAS

Martes, 12 de julio 2016, 00:57

Antxo y Donibane echaron un pulso la tarde del domingo, rivalizando en animación. Mientras el distrito en el que reina la alegría y el buen humor, tal y como pregona una antigua canción, celebraba el denominado Día del Niño que cerraba los Sanfermines 2016, los vecinos de esa población casi isla que cada fin de semana fijan su vista en los triunfos arraunlaris se preparaban para recibir a quienes habían conquistado nada menos que tres nuevas banderas.

Las coreografías de la comparsa Koloreak, fundada los pasados Carnavales por Cristina López con ayuda de Tito Morate, inundaron de ritmo y colorido las calles antxotarras. Les abría camino José Mari, que volvía a ser niño conduciendo un triciclo con los colores del equipo que milita en Tercera División, el Pasaia Kirol Elkartea, que este año conmemora el 75 aniversario de su creación.

Los ecos de la música llegaron hasta el frontón Ibaiondo, donde el periodista Luisma Laboa daba a conocer el palmarés del torneo de futbito organizado en favor de los derechos de la infancia y la adolescencia.

Poco después la fiesta estallaba en San Juan. Las Batelerak protagonizaban un desfile mostrando las dos banderas que habían ganado a lo largo del fin de semana. El sábado, en Orio. El domingo, en San Sebastián. A ellas se unían los remeros de Oiartzungo Itsaslapurrak, que sumaban una bandera más a su historia.

«El fin de semana pasado nos trajeron cuatro banderas; éste, otras tres. ¡Qué remeros tenemos en el pueblo!», comentaban con orgullo quienes se congregaban ante la antigua casa consistorial para ver cómo los deportistas salían a la balconada dispuestos a compartir sus victorias con esa marea rosa, ahora también con pañuelo azul, que les sigue fielmente de regata en regata.

Al balcón también se asomaron los entrenadores de ambos equipos: Juan Mari Etxabe, luciendo una franca y sincera sonrisa; y Rufo Urtizberea, que minutos después compartió con sus remeros una larga conversación, quién sabe si planeando nuevas conquistas de cara a las jornadas que se avecinan.

El verano se escribe en Pasaia entre 40 días de fiesta y fines de semana forjados a paladas.

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