Errenteria
«La música siempre es un buen método para lanzar mensajes poderosos»El grupo palestino Sol Band abrirá este jueves Atlantikaldia con el concierto que ofrecerá en la plaza Lehendakari Agirre
No es fácil. En su mirada se percibe. Pero aquí están, sacando fuerzas de donde pensamos que no puede haberlas para subir a un ... escenario dejando atrás el horror que se vive en sus casas. La banda palestina Sol Band actuará esta tarde a las 20.00 horas en la plaza Lehendakari Agirre. Un grupo de seis jóvenes que con su música trata de «contar lo que está ocurriendo en Gaza».
Como destaca Rahaf Shamaly, vocalista del grupo y única mujer de Sol Band, «estamos aquí para hacer un concierto que llegue a quienes no han pasado por esa situación. Tenemos que cantar sobre las cosas que nos han ocurrido, ya que si no, no podríamos expresar lo que sentimos, y en consecuencia no seríamos artistas». Lo relata con una serenidad que abruma, dejando entrever un dolor que como ella misma subraya, «las personas que no lo viven no lo pueden sentir».
A pesar de ello, su mezcla de pop y folk tratará de «hacer que el público disfrute». Eñaut Elorrieta, Arkaitz Miner, Ines Osinaga y Olatz Salvador acompañarán a la banda en el espectáculo. «Es increíble poder trabajar con estos artistas», afirma. Alguno podría pensar que la barrera de la cultura y el idioma puede suponer un escollo. No obstante «la música tiene un lenguaje propio y creo que nos hemos entendido a la perfección, habrá una mezcla de sonidos que creemos que ha quedado realmente bien», subraya emocionada. Asimismo, recuerda que «la música siempre es un buen método para lanzar mensajes poderosos».
«La música tiene un lenguaje propio y creo que nos hemos entendido muy bien, habrá una mezcla de sonidos impresionante»
Y aunque no den pistas sobre lo que se podrá ver esta tarde, Shamaly asegura que «será un gran evento en el que hemos conseguido que el árabe y el euskera se mezclen».
A pesar de estar felices con las actuaciones que llevan a cabo, hay momentos en los que es imposible no emocionarse. «No entiendo muy bien cómo somos capaces de seguir adelante», asevera la artista. Quizá el motor esté en la necesidad de ser un altavoz. «Si no somos capaces de denunciar lo que está ocurriendo, ¿quién será capaz?», se pregunta cabizbaja. «Creo que nuestras familias recogen la energía que creamos a través de nuestra música, por ello tenemos que mantenernos fuertes, tenemos que ser quienes trasladen el mensaje para poder mantener la esperanza», afirma con rotundidad.
Por este motivo, los seis integrantes de la banda subirán hoy al escenario «con energía, con ganas de que la gente disfrute y sobre todo con el objetivo de que nadie se olvide de lo que ocurre en nuestras casas». Un hogar que está lejos, pero que se siente muy cerca. «Yo estoy viviendo en Donostia y el resto de la banda está en Hernani. Creo que desde el primer momento nos hemos sentido muy arropados, hemos visto banderas de Palestina en muchos lugares, la gente nos ha dado la bienvenida de manera muy calurosa, no nos lo esperábamos», destaca la vocal.
De hecho, afirma haberse «hemos sentido como en casa tras visitar la playa de La Concha. Para nosotros el mar es parte importante de nuestra vida en Gaza, hemos crecido junto a la playa, disfrutando de lo que teníamos, y ver que tenemos eso aquí nos traslada a nuestro territorio».
«Era un sitio increíble»
Su tierra, esa que en estos momentos está siendo destruida. Ese lugar en el que «el sonido de las bombas es algo rutinario», indica Fares Anbar, percusionista del grupo. Unos proyectiles de los que han sido testigos. «Hace unos días el edificio donde vivía mi familia fue destruido», lamenta Shamaly por su parte, quien pudo hablar con su gente tras el ataque. Se trata de una situación por la que también ha pasado Anbar, al igual que el resto del grupo.
En este aspecto, este paisaje no tiene nada que ver con la Gaza en la que crecieron. «Aunque parezca difícil de entender, nuestra tierra era muy rica en conocimientos. Todas las personas que estudiaban fuera siempre terminaban en casa, trayendo así lo aprendido» afirma Anbar. Por ello, a pesar de vivir en esa ocupación «siempre florecía ese espíritu que nos hace continuar».
Una forma de avanzar a la que Sol Band lleva aportando su granito de arena desde 2012, fecha en la que inició el grupo. En este aspecto, la propia Shamaly explica como «yo era una seguidora de Sol Band cuando arrancaron, y ahora soy la que pone voz a sus canciones, es algo que cuando era más joven no esperaba que podría ocurrir». Desde entonces, «nuestro objetivo siempre ha sido transmitir un mensaje». destaca Shamaly. Junto a ella y Anbar se encontrarán Hamadah Nasrallah (vocal), Said Fadel (percusionista), Abood Qassim (teclado) y Ahmed Haddad (guitarrista).
El pasado martes se encontraron los seis en Lekuona Fabrika para realizar un ensayo antes del concierto que tendrá lugar esta tarde. Un encuentro en el que los abrazos se sucedieron. La tristeza producida por la situación que viven dejó paso, de manera momentánea, a las sonrisas. La estampa sin duda representa una unidad difícil de explicar. A dicha unión se les sumarán cientos de errenteriarras que a través de distintas acciones apoyarán al grupo palestino durante su conicerto en la villa galletera.
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