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«¿Acaso las cuidadoras no somos personas?»Son casi tres meses de huelga, «y no queremos que esta situación se alargue más». Las cuidadoras de la residencia de Sanmarkosene se encuentran cansadas, disgustadas y entristecidas por la situación que viven desde hace meses. Ana Hernández, Eva Perales, Eneko López, América Alberdi, Arantxa Learte y Cristina Corvo son parte de la plantilla que ha decidido levantarse para exigir unas condiciones laborales «dignas, que nos permitan trabajar de la mejor manera posible».
Y es que como destacan «nosotras no estamos en huelga por una subida de salario, ni por más vacaciones. Estamos en esta situación porque buscamos un mejor calendario y unas condiciones que no sean tan precarias como lo son en estos momentos». Unas jornadas laborales a las que hacer frente en esta situación no es fácil. En esta línea, la falta de personal es algo que también es objeto de denuncia.
«Venimos advirtiendo desde hace tiempo que hace falta más personal, pero la empresa siempre ha dicho que está por encima del ratio que exige la Diputación». No obstante, como afirman «antes de la huelga ya se veía que era insuficiente, pero con las protestas se ha visto de manera más clara. Los ratios están obsoletos».
A este respecto, las cuidadoras de Sanmarkosene también hacen hincapié «en la necesidad de tener un mejor calendario para desarrollar una labor como esta». En estos momentos, y con el calendario que propuso la empresa, «ha habido trabajadoras que han hecho cuatro noches seguidas, cuando en más de veinte años el máximo de noches seguidas han sido dos», denuncian.
No obstante, uno de los mayores problemas que trae consigo la falta de personal es el tipo de tareas que las cuidadoras tienen que desempeñar. «Además de hacer el trabajo que nos corresponde tenemos que realizar tareas para las que no estamos preparadas en un principio, pero que tenemos que llevar a cabo».
En esta línea, hay una cuestión fundamental. «La Diputación tiene un método que se llama Libro Verde, con el que busca que las residencias de mayores cumplan ciertas características para el año 2030». Según la idea, «cada cuidador se debería de hacer cargo de cuatro o cinco mayores para ofrecer un servicio de calidad, pero en estos momentos hay dos cuidadoras para 36 mayores».
Por su parte, también «buscamos que los turnos nos permitan conciliar la vida laboral con la vida personal». Algo que es complicado, y más aún en una situación de huelga. A este respecto, las cuidadoras aseveran que «es algo que nos ocupa las 24 horas del día. No hay un buen descanso cuando estás en casa, y cuando toca trabajar no lo haces bien porque si la persona no está en condiciones no podrá trabajar como lo haría en una situación normal».
El final de la huelga en Sanmarkosene todavía no está claro, ya que «las propuestas de la empresa no nos solucionan los problemas que tenemos». De hecho, «el calendario que tuvimos durante el mes de enero ha hecho que haya muchas diferencias entre las cuidadoras, puesto que algunas han trabajado mucho de noche, con lo que eso conlleva». En esta línea, el descanso entre jornadas también es un punto clave. Desde la empresa se nos propuso realizar nueve jornadas consecutivas», aseguran cansadas. Por ello, se preguntan «cómo pretenden que se haga un buen trabajo con tantos días a las espaldas».
Por su parte, y como lamentan, «el calendario que recibimos para el mes de febrero nos lo mandaron el 31 de enero». Por ello, critican que «no sabíamos cómo íbamos a trabajar al día siguiente, algo que no es normal».
Por su parte, como destacan todas, «nosotras lo único que queremos es tener las herramientas necesarias para hacer nuestro trabajo». Una labor que como afirman «es vocacional, no lo hacemos por el dinero, lo hacemos porque nos gusta».
Y es que cuidar de personas mayores no es sencillo. Hay una parte física importante, pero una psicológica que también es imprescindible. Por ello, las cuidadoras afirman que «nos encantaría ofrecerles el servicio que sabemos que podemos dar, pero en esta situación no es posible.
En esta línea, denuncian que «durante las negociaciones siempre se ha dicho que hay que poner a las personas en el centro, pero nosotras nos preguntamos si acaso las cuidadoras no somos personas». De hecho, recalcan que «podemos ofrecer un buen servicio porque somos buenos profesionales con mucha experiencia, pero la empresa y la Diputación no ofrecen las soluciones necesarias».
En cuanto a las personas mayores, las cuidadoras lamentan que «no estén cuidadas como se merecen». Y es que como recalcan, «nosotras somos unas profesionales que saben cómo hacer trabajo, pero por desgracia no podemos hacerlo por las pésimas condiciones».
En este sentido, otra de las partes fundamentales son las familias de los mayores que residen en Sanmarkosene que «también lo están pasando mal. Hay muchos hijos e hijas que entienden nuestra lucha pero hay otros que no lo ven de igual manera», aseguran las trabajadoras.
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Josemi Benítez
Claudia Turiel e Iñigo Puerta | San Sebastián
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