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El Mazda MX-5 es un clásico que ha recibido unas mejoras excelentes para seguir disfrutando al volante.
Conducir disfrutando

Conducir disfrutando

Mazda MX-5 ·

Este clásico del mundo del automóvil seha renovado para bien, manteniendo lo mejor de su carisma

ANDRÉS VIEDMA

Lunes, 23 de abril 2018, 19:34

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El coche que probamos hoy es un clásico que ha sabido actualizarse de forma sobresaliente. Ha recibido multitud de premios por su atractivo diseño y es laureado y querido en el mundo de las 4 ruedas. Hace dos años llegó la cuarta generación del denominado miata y lo actualizaron del mejor modo posible, con un diseño más atractivo y un comportamiento dinámico superior. Esta variante RF (Retractable Fastback) del Mazda MX-5 con bloque 2.0 litros SKYACTIV-G de 160 caballos permite disfrutar del buen tiempo actual y conducir intensamente.

A nivel de diseño ha mejorado mucho gracias a un techo rígido que se divide en tres secciones para esconderse y mostrar un perfil muy agradable. Es idéntico a su hermano cabrio excepto por el detalle del techo y la forma targa de la luna y los pilares traseros. El techo tarda 13 segundos en colocarse sin restar espacio del maletero, que mantiene su capacidad de 127 litros. Se realiza mediante un botón situado en el panel central siempre a menos de 10 km/h.

Por dentro el modelo está impecable con cuero negro, climatización perfecta y una nueva pantalla táctil de 7 pulgadas con el MZD Connect (también de serie) que incrementa la calidad percibida de su habitáculo.

El motor es un gasolina de cuatro cilindros 2.0 SKYACTIV-G atmosférico de 160 CV que se deja sentir nada más arrancarlo y se percibe a la perfección en los acelerones y en el negociado de las curvas.

El placer descapotado

La posición de conducción para una persona de menos de 1,70 metros de alto es buena pero si se supera esa medida resulta complicado entrar y más aún, conducir… el asiento no se regula en altura y el volante no tiene suficiente recorrido, con lo que para una persona alta no es muy recomendable. La pasión surge nada más empezar a engranar marchas con la palanca de cambio, que es pequeña, corta y directa. Excelente.

Conducir con el coche descapotado es una maravilla. Durante la mayoría del trayecto de Madrid a San Sebastián vinimos descapotados sin sufrir excesivamente por el viento e incluso pudiendo mantener conversaciones telefónicas gracias a un gran sistema de sonido interno.

Al volante es pura diversión. Su autoblocante, de serie en las versiones 2.0, permite jugar con los límites, la dirección es precisa, dejando que sea el conductor el que decida según sus sensaciones. Este modelo parte desde los 27.500 euros, aunque el que probamos es algo más caro.

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