BMW M850i: con capota de lona, mejor

Por dentro, el nivel de calidad de los acabados es muy alto y ofrece piel de máxima calidad por todas partes, incluídas las puertas y salpicadero. Tiene detalles con acabados en cristal en la palanca selectora y en el mando iDrive (800 euros, opcionales) además del asistente de marcha atrás, el control del volumen de la radio por gestos o la llave inteligente con display.

Como novedad, los asientos opcionalmente incorporan calefacción para el cuello integrada en los reposacabezas delanteros.

Las plazas delanteras son amplias y muy cómodas y las traseras aunque son reducidas permiten colocar una silla de bebé para lo que cuenta con anclajes IsoFix.

Como ocurre con su hermano coupé, el rugido de su motor V8 se aprecia tanto si lo arrancas con la capota abierta como cerrada. Su sonido rotundo es continuo y muy agradable. El motor entrega 750 Nm de par desde muy abajo, su caja de cambios es automática de 8 velocidades y su aislamiento acústico es muy eficaz. Pasa de coupé a cabrio completamente abierto es cuestión de 15 segundos.

Con sus 530 CV de potencia, acelera de 0 a 100 km/h en sólo 3,9 segundos, cuenta con el sistema de tracción integral xDrive y las ruedas posteriores son capaces de girar ligeramente en el sentido opuesto a las delanteras hasta 72 km/h (y lo contrario a más velocidad), para hacerlo más dinámico. Su precio de 149.200 euros lo sitúa en mejor posición que sus rivales. Se trata de un capricho y una inversión personal.