Las antiguas paredes que delimitaban el camino llenas de un verde musgo nos conduce por el precioso paseo desde Donostia. belauntzaran

Ulia: Salitre, resina, hierbabuena...

Paseo por el litoral de San Sebastián hasta llegar a Pasaia por Talai bidea, un precioso camino lleno de mucha historia

Elisa Belauntzaran

San Sebastián

Viernes, 1 de octubre 2021

Una mar embravecida golpea con fuerza el litoral guipuzcoano. Cada golpe de mar inunda de olor a salitre los caminos que transcurren sobre los acantilados a los pies de Ulia (234 m.), el monte más alto de los tres que se encuentran en tierras donostiarras. Siguiendo 'talai bidea', que nos lleva por ese precioso entorno en esta ocasión, llegamos hasta Pasaia.

Publicidad

«La bahía de Pasaia es el escenario ideal para una historia de suspense», aseguraba el escritor Ibon Martin (Donostia, 1976) en la presentación de su segunda novela, 'El faro del silencio' en 2014. No podemos de dejar de mencionar la obra del periodista, autor de guías y de libros de excursiones y escritor de este libro que nos traslada perfectamente al recorrido de esta semana, con el faro de la Plata como referente de nuestra caminata. Un paseo diferente que ofrece unas vistas distintas a las que estamos acostumbrados en nuestras rutas por los parques naturales de Aralar, Aizkorri-Aratz, Urbia, de Aiako Harria, Pagoeta...

Salir de esos lugares especiales y habituales para nosotros, nos permite acercarnos a otro entorno natural precioso en el que el olor a salitre, a mar, se mezcla con el de pino, y a distintas hierbas aromáticas que nos impregnan de su magnífico olor expandido por Hegoi, el caprichoso viento del Norte.

Información MIDE:

  • Acceso: Desde el barrio de Gros de la capital guipuzcoana, partimos desde la avenidad de Navarra, desde la gasolinera.

  • Horario: El paseo desde la Zurriola hasta Pasaia ronda las 3 horas. El regreso hasta el punto de partida nos llevará dos horas más a un ritmo tranquilo.

  • Distancia: 12,54km

  • Desnivel positivo: 375 m

  • Severidad del medio: 3

  • Dificultad orientación: 2

  • Dificultad del terreno: 3

  • Esfuerzo necesario: 2

Antes, partiendo desde la playa de la Zurriola, dejamos atrás el monte Urgull, con su gran monumento del Sagrado Corazón de Jesús (Cristo de la Mota) y la belleza del edificio del Kursaal, que presenta gran actividad debido al reciente Zinemaldia. Unos metros más adelante, avanzamos hasta la gasolinera de Gros, donde muy cerca se encuentran un panel junto a unas escaleras. Las marcas rojas, blancas y verdes nos indican el comienzo de Talai bidea. Siguiendo las escaleras que se alargan por una pronunciada cuesta por San Blas, nos adentramos, poco a poco, en un entorno natural que nada tiene que ver con el paisaje urbano que nos ofrecen las calles de San Sebastián, a pesar de encontrarnos a pocos metros de ella. El bullicio de coches y autobuses va desapareciendo en cuestión de minutos y el encanto de las vistas o la fuerza del mar hacen que lo dejes atrás y te sitúes en un magnífico mirador en el que se puede observar perfectamente a un nutrido de surfistas que aprovechan las olas que les brinda el mar Cantábrico. La perspectiva es totalmente diferente, pero más bonita aún si cabe.

Un monte con mucha historia

Los postes nos conducen a Ulia (234 m.), el monte más alto de los tres que se sitúan en tierras de Donostia, siendo Igeldo (206 m.) y Urgull (125 m.) las restantes. Durante el ascenso a esta popular cima, la perspectiva es perfecta de todas ellas, pudiendo divisar a lo lejos el parque de atracciones en la parte superior del monte Igeldo o sobre la colina de Urgull, último reducto defensivo de las tropas francesas durante las guerras napoleónicas. Aunque Urgull, como otros topónimos de la zona, Ulia, Polloe, Mompás y Miramon, rememora las denominaciones de los antiguos asentamientos gascones que se encontraban en la zona.

Publicidad

Ulia está constituido por tres elevaciones: Ulia (234 m.), Redondo Mendia (201 m.) y, separado por el collado Mendiola (133 m.), el Fuerte del Almirante/Almirante fuertea (209 m.).

Ulia ha sido uno de los espacios recreativos para los donostiarras durante generaciones. A principios del siglo pasado, los aristócratas que vivían o se acercaban a veranear a la Bella Easo solían visitarla y se construyeron varias atracciones en su cima. Fue anterior al que se edificó y se puede visitar hoy en día en el monte Igeldo. Se inauguró en 1902 y un tranvía eléctrico permitía a los turistas acceder a la zona alta de Ulia desde el barrio de Ategorrieta, recorriendo unos 3 kilómetros de trazado ferroviario. Después llegó un «transbordador funicular», allá por el año 1907, pero su uso fue efímero. Realizan un trayecto de unos 280 metros con un desnivel de 28 metros y, aunque el periodo de funcionamiento fue corto, hay quien lo ha considerado el primer funicular del mundo destinado al transporte de personas. Además, en la cima se construyó un campo de tiro al pichón y el merendero de Basollua, que pasó a ser una zona destinada al tiro al plato.

Ver fotos

Galería. Las mejores imágenes de Talai Bidea. belauntzaran

En la actualidad, en la zona alta se puede disfrutar de un parque infantil entre las hayas que se sitúan muy cerca del centro de interpretación Ulia. Nos encontramos el merendero de Basollua y la escalinata de madera permite subir a la peña del Rey. Desde ella, las vistas son impresionantes de un mar Cantábrico como un manto de un azul intenso que contrasta con todas las laderas verdes entre las que se encuentran las grandes moles rocosas de color marrón-naranja y que tienen unas formas extrañas, esculpidas por el viento y el agua de la lluvia, que en numerosas ocasiones las castigan pero a su vez las hacen tan bellas. Cuentan que desde los marineros donostiarras vigilaban la llegada de las ballenas que se acercaban a la costa guipuzcoana. De hecho, en la W. a E., de las llamadas Peña del Águila, Peña del Ballenero y la Peña del Rey. Esta última constituye el punto culminante de la montaña. En lo alto de estos bloques rocosos se construyeron miradores, de los cuales se mantiene hoy en día, absolutamente remodelado, el de la Peña del Rey. Muy cerca de la Peña del Águila se ubican los restos de una construcción característica, que por su forma tronco-piramidal es denominada el 'Molino de Ulia', si bien nunca se ha utilizado como tal, sino que se trataba, en realidad, de un pequeño merendero.

Publicidad

Tras haber disfrutado de todos esos rincones, siguiendo los postes indicativos, regresamos a Talai bidea que nos conduce por un paseo tranquilo, sin demasiada dificultad hacia el faro de la plata. El camino de piedra y tierra arenisca nos conduce entre pinos hasta tierras de Oarsoaldea. Solo escuchamos el sonido del mar y descubrimos entre la maleza los restos de diferentes edificios, acueductos o canales, mientras disfrutamos de la belleza de los colores anaranjados de las rocas que pueblan el litoral, esculpidas por el agua. Se trata del impresionante 'Valle de los colores' o Labetxu: grutas, oquedades, con macro y micro formas que dibujan un paisaje espectacular de alto interés geológico; colores blancos, amarillos, anaranjados... pilares, concavidades, panales de abejas...

Hay que destacar que se trata de un trayecto fácil de realizar en familia y bien indicado. A lo largo del mismo se encuentran señales que indican el camino, la distancia y los lugares de interés de la zona. Si el punto de partida es el barrio de Gros, el GR-121 o Talaia bidea, con marcas rojas y blancas, nos acercará hasta la localidad pesquera. En ella, veremos el gran edificio de Albaola que alberga un interesante museo que bien merece una visita. Después, siguiendo las calles pasaitarras nos dirigiremos hacia Donostia por el alto de Miracruz, siguiendo la avenida Jose Elosegi y la avenida de Navarra hasta la Zurriola.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete los 2 primeros meses gratis

Publicidad