Mesa de los Tres Reyes, la más grande
Impresionante, exigente, atractiva, dura, generosa.. Muchos son los calificativos que se le vienen a uno a la cabeza al alcanzar la cima de la Mesa de los Tres Reyes (2446 m.). Impresiona esta cima e impresionan aún más las vistas que ofrece. Exigente porque el esfuerzo necesario para llegar a su buzón requiere además de fondo, algo de fuerza y no tener miedo a las alturas. Dura porque nos pone a prueba y generosa porque, una vez en ella, aunque te sientes pequeño ante la inmensidad, el sentimiento de haberte superado y dejado alguna que otra piedra en el camino, te hace sentirte fuerte.
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En esta última ruta de esta temporada, hemos llegado al techo de Nafarroa y de Euskal Herria: Hiru Erregeen Mahaia. Una de las míticas cimas que gusta subir «al menos una vez en la vida», como dice un veterano mendizale al saber que es la propuesta que se publica en este apartado hoy sábado.
La popular cima se encuentra en el punto que unía los reinos de Navarra y Aragón, en los límites de los valles de Ansó-Zuriza (Huesca) y Erronkari/Roncal (Nafarroa) y el de Bearne. Si reparamos a la tesis doctoral de Juan Carlos López-Mugartza sobre la toponimia de los valles del Roncal y Ansó, todos los términos que se conocen en la actualidad se tratan de «traducciones deficientes» del término gascón original 'Era Tabla d'eths Tros Rois', Faja de los trozos pelados. Nada que ver con tres monarquías, por tanto.
Siguiendo con su nombre, que tanto interés despierta, recogemos varias curiosidades. Hiru Erregeen Mahaia es 'Iror errege maia' en el dialecto propio del valle del Roncal, 'Meseta d'os tres reis' en aragonés, 'Tabla d'eths tros Rouyes' en occitano bearnés, Mesa de los tres Reyes en castellano y 'Table des trois rois' en francés. De todas, la que más llama la atención es la propuesta elaborada por la Comisión de Asesora de Toponimia de Aragón en 2018: O Pueyo de Nai.
Sea con una denominación u otra, Hiru Erregeen Mahaia es un referente para los aficionados a las salidas montañeras. Prueba de ello es que la primera ascensión documentaba es de 1883, una ascensión realizada por Edouard Wallon. Eso sí, hay versiones que sugieren que pudo haber subido a La Table y no es descartable que se produjeran ascensiones anteriores y no quedaran registradas.
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Paisaje esculpido por glaciares
Los más ávidos identifican fácilmente el puntiagudo pico calcáreo de Hiru Erregeen Mahaia entre las cimas de Table (2.421 m.), antecima oriental del pico de los Tres Reyes, Budogia (2.367 m), Linza (2.305 m) y Ukerdi (2.251 m.). Todas ellas se erigen en el macizo de Larra, uno de los macizos calcáreos más extensos de los Pirineos con 150 km cuadrados de extensión y una gran belleza.
Además, este conjunto de cimas junto con las que circundan al Auñamendi (2.507 m) son las primeras desde el océano que dan una verdadera sensación alpina, por lo que marcan un límite muy bien definido de la alta montaña pirenaica por el extremo occidental.
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Información MIDE:
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Horario: El recorrido desde el refugio de Linza se realiza en unas 7 horas, de manera tranquila. La salida es exigente y en algunos tramos requiere especial cuidado por las piedras.
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Distancia: 16km
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Desnivel positivo: 1.150m
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Severidad del medio: 5
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Dificultad orientación: 5
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Dificultad del terreno: 5
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Esfuerzo necesario: 4
De hecho, se sitúa en el valle navarro de Belagoa, el valle más alpino del Pirineo Navarro. Un valle que se caracteriza por haber sido esculpido por los glaciares que descendían de las cumbres del Auñamendi e Hiru Erregeen Mahaia. La dureza de esos glaciares y el paso del tiempo han logrado una gran obra escultórica, principalmente de piedra, que posee una gran belleza paisajística en la que la nota de color lo ponen sus verdes pastos y en la que llama la atención el surco por donde discurren las aguas del río Belagoa que pinta a su paso pequeños meandros.
En este precioso y exigente paraíso, mayormente habitado por pastores, la presencia humana se remonta varios miles de años. Una prueba de ello es el dolmen de Arrako (970 m.), muestra de la cultura pastoril durante el neolítico en la zona. Al parecer, en aquella época algunas tribus humanas comenzaron a disponer de rebaños que aprovecharan los abundantes pastos con que cuenta el valle tanto en su fondo como en las inmediaciones de las cimas cuando se producía la retirada de los hielos.
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Desde el refugio de Linza
Tras pasar la noche en el refugio de Linza, regentado por Beni, un azkoitiarra que nos ofreció una suculenta cena y mejor desayuno, emprendemos el camino a nuestra cima de esta semana. El refugio se encuentra en el Plano de la Casa, en Zuriza (1.210 m.).Cerca del refugio arranca el sendero que comienza ascendiendo por las verdes lomas al rellano que forma el Sobrante de Linza (1.660 m.). Por la izquierda continúa la senda que se encarama bajo las laderas de Lapakiza Linzola (2.100 m.) llegando al collado de Linza (1.936 m.). Desde este lugar, que suele ofrecer un breve descanso a los ascensionistas, se observa ya la Mesa de los Tres Reyes.
La siguiente parte de la ruta desciende a la Hoya de La Solana (1.823 m.), una depresión que acumula el bochorno en el estío y el calor en los soleados días invernales. La ruta normal discurre ahora (E) bajo la pared del Budogia (2.367 m.) ganando el collado Escoueste (2.114 m.). En ese momento el itinerario cambia de dirección y se dirige (NE) hacia la cresta, que gana en el collado de la Mesa (2.305 m.). Desde aquí el pico aparece como una pirámide perfecta que se puede atacar directamente o, si se prefiere hacerlo con más facilidad, dando un pequeño rodeo hacia la derecha (2.446 m.).
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Una vez coronada la cima es momento de aprovechar para disfrutar de las vistas y sacarnos la foto de rigor junto al buzón y la pequeña imagen de San Francisco Javier, patrón de las tierras navarras. Allí nos encontramos a Leire y su familia que han acudido desde Azkoitia para ascender al techo vasco desde Linza, a donde regresamos siguiendo el mismo camino que nos acercó hasta nuestro objetivo de esta semana.
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Una variante de este itinerario es llegar a la cima recorriendo la cresta de Budogia (2.367 m.). Desde la Hoya de la Solana (1.823 m.) continuamos (N.NW) a la Hoya del Portillo de Larra (1.836 m.), donde nos desviamos a la derecha para ganar altura por un marcado valle que se gana la cresta a la altura del portillo de Ukerdi (2.203 m.). Luego se recorre sin dificultades la cresta sin dificultades hasta llegar al Budogia (2.367 m.). Desde aquí se impone un pequeño destrepe (I) al collado de La Mesa (2.305 m.) uniéndonos así a la vía normal del Hiru Erregeen Mahaia/Mesa de los Tres Reyes.
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Poco más que decir de esta hermosa cumbre que nos ha permitido cumplir el sueño de volver a pisar, mientras disfrutamos de la belleza natural que la rodea y nos deja con ganas de volver a visitarla, como Petretxema o Auñamendi que seguramente visitaremos la próxima temporada. Serán algunas de las muchas en las que mi infatigable amiga Mila me acompañara para poder mostraros esos preciosos rincones que nos rodean.
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