Mendaur, magia y conjuros por doquier
La blanca ermita de la Trinidad ubica esta cima de piedra rojiza en la que las leyendas mitológicas inundan todos sus rincones
Malerreka celebra este domingo la festividad de la Santísima Tirinidad en su más popular ermita, Mendaur. Un lugar mágico a 1.131 metros con una energía especial como otros muchos rincones de este hermoso valle navarro, en el que se siente la magia de sorgiñak, lamiak, hankagorriak y demás seres mitológicos que durante siglos han sido los protagonistas de las historias que los abuelos contaban a sus nietos junto al fuego bajo que calentaba las cocinas de los hermosos caserones de piedra rojiza de Malerreka.
Cualquier momento es bueno para visitar este rincón de Navarra, pero enero es una época única ya que desde ella se puede escuchar el estruendo de los cencerros que hacen despertar a la Madre Naturaleza. Esos días en los que se celebra el popular carnaval, los joaldunak de Ituren, Aurtitz y Zubieta serán los encargados de alejar al frío y la noche, para que resurja la vida en los bosques de hayas y campas donde pastan ovejas, vacas, yeguas... anunciando así que la primavera se acerca. Ahora en primavera podemos sentir esa fuerza de Mari en cualquier rincón a nuestro paso hacia Mendaur.
Subida al Mendaur desde Aurtitz
Mendaur (1.131 metros) conforma un macizo de crestas herbosas entre los valles de los ríos Ezkurra, al sur, y el Bidasoa, al norte. La cumbre tiene una forma puntiaguda y encuadrada por aristas de conglomerados, especialmente la que cae hacia el sur.
Mendaur es un monte muy popular entre los mendizales, que en muchos casos ascienden desde el embalse del mismo nombre. Esta cumbre separa el valle de Malerreka y de Bortziriak. Se ubica en el extremo más oriental y domina de forma soberbia los pueblos de Zubieta, Ituren, Doneztebe y Sunbilla. La cumbre forma parte de un extenso macizo cuyos límites aproximados son el río Ezkurra hasta el alto de Ezkurra (692 m), donde tiene su nacimiento el Urumea, las montañas de Artikutza, cuyas frondosidades circundaban el antiguo embalse de igual nombre (353 m) y el curso del Bidasoa hasta Doneztebe. En esta zona las cimas principales forman una gran 'Y' apuntada hacia el norte: Izu (829 m), Loitzate (1.048 m), Ekaitza (1.047 m) y finalmente Mendaur (1.132 m).
En esta ocasión optamos por subir desde el barrio de Aurtitz (215 m) de Ituren pasando por el embalse de Mendaur (710 m) para alcanzar el collado Buztizlepo (935 m), al sur del pico, separándolo de su vecino, el Mendieder (1.077 m). Bustizlepo aparece jalonado por un pequeño megalito. Desde aquí un sendero serpentea la montaña y se dirige hacia la roca final. Exigente ascensión que se puede realizar sin problemas si se toma con calma. Unos 60 escalones permiten alcanzar la ermita de Trinidad sin el menor temor.
La ermita se inauguró en 1692 y en una de sus paredes se lee: 'Ixilik Jaingoikoaren itza, nere etxea otoitz etxera', algo así como «Silencio, palabra de Dios, mi casa es casa de rezo». Su demolición fue ordenada en julio de 1781, por la presunción de que «servía de refugio de bandoleros y a gentes de oscuros negocios», según recogen los historiadores, pero una serie de pleitos demoró su derribo. Fue reedificada en 1963 y cuentan que si se arroja una piedra sobre su tejado es posible encontrar pareja. A continuación nos dirigiremos hacía Mendieder y de allí a Ekaitza, para bajar nuevamente a Aurtitz.
El poder de eguzkilores
Malerreka es uno de los valles navarros donde la mitología y sus personajes forman parte de las historias de la vida cotidiana. Un tesoro del saber popular que se recuerda cuando se habla de los remedios caseros para los problemas de piel, de los catarros, de las buenas cosechas, de la protección de los rebaños...
El monte Mendaur esconde en cada de sus piedras parte de esas historias. De hecho, un documento del año 1625 habla «de las brujas ì del monte llamado también». Además, se dice que «María de Ituren, acusada de brujería en 1525, confiesa que era lugar de conventículos», al parecer «por su altura y eminencia domina a los demás montes que circundan al pueblo».
Información MIDE
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Horario: El paseo desde Aurtiz para completar la ruta circular ronda las 5 horas. Para subir a Mendaur tardaremos una hora y media, y otra hora hasta Aurtitz.
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Distancia: 15km
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Desnivel positivo: 1.170 m
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Severidad del medio: 3
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Dificultad orientación: 2
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Dificultad del terreno: 3
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Esfuerzo necesario: 4
Recuperando una de las leyendas que don Jose Miguel Barandiaran recoge en su 'Diccionario de la mitología vasca', cuentan que los vascos antiguos creían que la Tierra era la madre del Sol y de la Luna y, por lo tanto, la que daba la vida al mundo vegetal y animal, incluido el ser humano.
Hace miles y miles de años, cuando los seres humanos comenzaron a poblar la Tierra, no existían ni el Sol ni la Luna. Hombres y mujeres vivían en constante oscuridad, asustados por los numerosos genios que salían de las entrañas de la tierra en forma de toros de fuego, caballos voladores o enormes dragones.
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Los seres humanos, desesperados, decidieron pedir ayuda a la Tierra: —Amalur, Madre Tierra —le rogaron—, te pedimos que nos protejas de los peligros que nos acechan. La Tierra estaba muy atareada y no hizo caso a los seres humanos, pero tanto y tanto insistieron que al final les atendió. —Hijos míos —les dijo—, me pedís que os ayude, y eso voy a hacer. Crearé un ser luminoso al que llamaréis Luna. Y la Tierra creó la Luna.
Al comienzo, los seres humanos se asustaron mucho y permanecieron en sus cuevas sin atreverse a salir, pero pronto se acostumbraron a su luz. Al igual que los seres humanos, los genios y las brujas se habían atemorizado al ver aquel objeto luminoso en el cielo, pero también se acostumbraron, y no tardaron en salir de las simas y acosar de nuevo a los humanos. Acudieron una vez más los seres humanos a la Tierra. —Amalur —le dijeron—, te estamos muy agradecidos porque nos has dado a la madre Luna, pero aún necesitamos algo más poderoso, puesto que los genios no dejan de perseguirnos. —De acuerdo —respondió la Tierra—, crearé un ser todavía más luminoso al que llamaréis Sol. El Sol será el día y la Luna, la noche. Y la Tierra creó el sol.
Era tan grande, luminoso y caliente que los hombres tuvieron que acostumbrarse a él poco a poco, pero su gozo fue muy grande porque gracias a su calor y a su luz crecieron las plantas y los árboles. Sin embargo, los genios y las brujas no pudieron acostumbrarse a la gran claridad del día, y entonces sólo pudieron salir de noche.
Otra vez fueron los seres humanos a ver a la Tierra. —Amalur —le dijeron—, te estamos muy agradecidos porque nos has dado a la madre Luna y a la madre Sol, pero aún necesitamos algo más, porque aunque durante el día no tenemos problemas, al llegar la noche los genios salen de sus simas y nos acosan. Nuevamente, la Tierra escuchó sus súplicas. —Está bien. Voy a ayudaros una vez más, pero esta será la última. Crearé para vosotros una flor tan hermosa que, al verla, los seres de la noche creerán que es el propio Sol y os dejarán tranquilos.
Y la Tierra creó la flor del sol, eguzkilorea, que hasta nuestros días defiende las casas de los malos espíritus, los brujos, las lamias, los genios de la enfermedad, la tempestad y el rayo.
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