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Kukuarri, magníficas vistas al mar

El precioso balcón al Cantábrico a 377 metros rezuma tranquilidad y belleza natural. Un paraíso para el descanso eterno

Viernes, 22 de octubre 2021

Impresiona. Un verde intenso se mezcla con el blanco y azul del cielo que en el infinito se fusiona con el intenso azul del mar Cantábrico. Impresionan los colores, la belleza y la fuerza que transmiten tanto los colores como los elementos naturales que conforman el espectacular cuadro que ofrece Kukuarri (377 metros de altitud). Cuentan que Kukuarri también es conocida como Talaimendi, denominación que hacía alusión al lugar desde el que los atalayeros (talaieruak) divisaban la llegada de las ballenas y la presencia de estos enormes cetáceos era advertida a los pescadores de las poblaciones cercanas tras el encendido de enormes fogatas.

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En la cima de este pequeño monte guipuzcoano, el olor a salitre se mezcla con el de la tierra calentada por los rayos del sol, mientras un milano sobrevuela sobre la cruz blanca que corona la cima. A eso hay que añadir la hermosa estampa que ofrecía esta pequeña cumbre de Orio, una soleada mañana en la que no dejaban de escucharse los cantos de los pájaros. No tuvimos la suerte de escuchar al cuco. Todavía es pronto pensarán, pero seguro que cualquier día de estos nos sorprenden con la nueva buena que siempre nos anima, después de escuchar en numerosas ocasiones a nuestros mayores que oír al cuco significa un año más de buena salud, o al menos haberla disfrutado al hacer frente al invierno.

Kukuarri (399 m.) es una modesta cumbre del macizo de Mendizorrotz entre Donostia (8 m.) y Orio (11 m.), separando las desembocaduras de los ríos Oria, al Oeste, en Orio, y Urumea, al Este, en Donostia. Desde ella se puede disfrutar de unas magníficas vistas del mar Cantábrico y las localidades más cercanas que baña. También se puede contemplar la cadena de montañas que se encuentran en todo Urola. Preciosa la estampa de la Naturaleza que se disfruta y que las próximas semanas será más notable si cabe, gracias a los verdes de la hierba nueva y las hojas que poblarán los árboles y arbustos, frente al azul del mar, que con su fuerza ha pulido cada piedra que forman los acantilados de toda la costa.

Naturaleza en bruto, de bonita y de la que merece la pena realizar un pequeño esfuerzo y que gustará a toda la familia. Además, siempre es interesante poder compartir con los más pequeños o los compañeros de caminata sus conocimientos sobre el terreno, la vegetación, los montes que lo rodean,... Los motivos pueden ser diversos y siempre enriquecedores mientras hacemos frente a la pendiente. En este caso, el mayor tesoro se encuentra en la cima de Kukuarri, ya que junto a la enorme cruz blanca situada en lo más alto de la cima, espera una escultura de Andra Mari. El autor de esta imagen de la Virgen María sosteniendo al niño en su brazo es obra del escultor oriotarra Jorge Oteiza. Realizó la figura de la Virgen de Kukuarri en 1953. El artista oriotarra donó su obra a los montañeros. Unos años después, en 1973, debido a su estado deteriorado. Se coloca en el altar de la cima la que sustituye a la original.

A dos pasos del mar

Kukuarri (364 m), Arratzain (344 m.), Gudamendi (263 m.), Igeldo (181 m.), Tontortxiki (354 m.) y Mendizorrotz (415 m. ) forman la línea de monte que lleva el nombre de este último y con la que Gipuzkoa toca al Cantábrico.

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El ascenso hasta Kukuarri se puede realizar desde Orio de manera fácil. Nadie niega que la pendiente que separa la cota cero de la playa de la localidad hasta la cima supone un esfuerzo. Hay que subirla, pero las vistas compensan el esfuerzo y la belleza del contraste de colores es impresionante.

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Galería. belauntzaran

Partiendo desde el centro de Orio la ruta sigue la ría y la costa hasta el caserío Itxaspe. Desde aquí asciende hasta el cruce con la carretera Donostia-Igeldo-Orio. A partir de este punto se ha de tomar la pista que asciende hasta Kukuarri. El descenso lo podemos realizar siguiendo hacia el oeste, y en el primer cruce de caminos tomaremos el desvío hacia el interior, hasta alcanzar el Camino de Santiago a su paso por Orio, que nos conducirá, tras cruzar la autopista A-8 por Txanka hasta la ermita de San Martín y el casco histórico de Orio.

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Otra opción es acercarse desde Donostia hasta Kukuarri siguiendo el camino de Santiago debidamente señalizado y que nos acerca hasta llegar a la carretera que une la capital con Orio por Igeldo. En ese punto existe un panel en el que pintado en rojo aparece el nombre de Kukuarri. Muy cerca se encuentra uno de los paneles informativos de las rutas de Orio.

Siguiendo la pista nos situamos en Kukuarri. Una vez en la cima, observamos la imagen de la virgen. tosca pero atrayente. Desde la cruz podemos observar la línea de Izarraitz y el resto de las cimas que le rodean. Volviendo a la zona de pasto, descansamos disfrutamos de la inmensidad del Cantábrico que para interminable, En el infinito, se une el azul más intenso del mar con el del cielo con un tono más claro y algunas nubes blancas que marcan unas líneas que nos ayudan a imaginar diferentes figuras. Un gran espectáculo natural muy cerca de casa. De los más bonitos que nos hemos encontrado en nuestros paseos por las cimas que nos rodean y nos ayudan a apreciar la sabiduría de aquellos antiguos pobladores de la zona que eligieron este precioso paraíso para sepultar los restos de sus seres queridos. El conjunto de monumentos megalíticos dan fe de ello. Los alrededores de Kukuarri alberga la denominada estación prehistórica de Igeldo.

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Información MIDE:

  • Horario: El paseo desde la playa de Orio hasta la cima y posterior visita de la estación megalítica y regreso hast el punto de salida ronda la tres horas y media.

  • Distancia: 9km.

  • Desnivel positivo: 384 m.

  • Severidad del medio: 3.

  • Dificultad orientación: 3.

  • Dificultad del terreno: 3.

  • Esfuerzo necesario: 3

Descanso milenario

A escasos dos kilómetros de la cruz de Kukuarri nos encontramos la estación megalítica de Igeldo.Dicha estación se compone de 11 monumentos  prehistóricos. En concreto, 3 dólmenes (Iturrieta, Arrobizar y Aitzazate), 4 túmulos (Tontor txiki) y 3 cromlechs (Aitzazate-2- y Mendizorrotz I).

Auténticas joyas prehistóricas que  han perdurado en el tiempo y deberíamos hacer el esfuerzo de que continúen en el mejor estado, aunque algunos se empeñen en no valorar nuestros tesoros.

La mayoría de los monumentos están señalizados y existen paneles que nos informan sobre sus características. Entre ellos se encuentra el dolmen de Iturrieta. Este dolmen, descubierto en 1981, tiene la cámara centrada, de la que sobresale alguna de las lajas. Otro de ellos es el dolmen de Arrobizar, situado en la vertiente Sur del macizo Igeldo, este dolmen tiene un túmulo bastante pronunciado, de unos 10 m. de diámetro por casi 2 m. de altura.

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Tras la visita a la estación, regresamos por el mismo camino hasta llegar a una señal que nos dirige hacia Orio. Siguiendo las indicaciones de las pinturas rojas llegamos hasta una borda para seguir una pista forestal entre pinos que nos acerca nuevamente hasta la casa rural Itxaspe con su impresionante piscina. De allí desandamos lo andado hasta la playa de Orio. Merece la pena.

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