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Ipuliño, con la vista perdida en el cielo
Desde sus 934 metros de altitud nos ofrece una magníficas vistas de Leitzaran, el valle de Berastegi y hacia la costa
Una densa capa de escarcha cubría los verdes prados del valle de Berastegi. Mientras Eguzki se resistía a tocar con su luz, en los rincones más sombríos del valle el termómetro a duras penas supera los 0 grados. La abundante humedad, acumulada en este gris otoño, impregnaba cada hoja, planta, árbol... del camino que nos conducía hasta Ipuliño.
La cima protectora de Leitzaran, junto a su vecina Larre, esperaba con ganas los primeros rayos del astro sol, aunque la inversión térmica nos sorprendía en nuestra visita de esta semana. Ipuliño se encuentra en un lugar privilegiado. En un lado de su ladera se encuentra el valle de Leitzaran, al otro, el de Berastegi. De camino entre Tolosa y Leitza, la cima berastegiarra de 934 metros de altitud, se encuentra este cordal montañoso muy bien definido que, aunque no recibe una denominación genérica específica, se suele conocer en el ámbito montañero por sus cumbres extremas: Uzturre (733 m.) e Ipuliño (930 m.).
Desde su punto más alto, junto al punto geodésico y los dos buzones, descubrimos que un intenso marrón ha llenado el frondoso bosque que puebla Leitzaran. En su corazón, paralelo al río del mismo nombre, transcurre la vía verde del Plazaola. Vía ferroviaria que unía San Sebastián con Pamplona a principios del pasado siglo, transportando de manera pausada a pasajeros y mercancías de una a otra capital. Quienes pudieron viajar en aquella antigua locomotora de vapor, recuerdan su sonido, un traqueteo permanente, el intenso humo que desprendía la chimenea y otras muchas historias del conocido en Andoain como el 'tren txiki'.
Xabier Cabezón recoge en diferentes trabajos la historia del tren, el recorrido, sus trabajadores, las minas y otros muchos datos en torno al popular tren que los vecinos de la zona, guardan en sus mentes con cariño. El tren, que perteneció a la Compañía Minera Guipuzcoana, nació como un ferrocarril minero entre las minas de hierro existentes en las proximidades del paraje de Plazaola. Se comenzó a construir a principios del siglo XX. Una labor laboriosa dado que a lo largo de sus más de 88 kilómetros de recorrido se debieron construir puentes y excavar numerosos túneles.
En un principio, el tren del Plazaola se destinó al transporte del mineral extraído en la zona, aunque después amplió su servicio a pasajeros. Unas fatídicas inundaciones en el año 1953 hicieron que desapareciera gran parte de la vía y se viera dañado su trazado, lo que hizo que fuera inviable como medio de transporte. En septiembre de 1958 se autorizó el desmantelamiento de la vía y quedó abandonado. A principios del siglo XXI se reconvirtió su trazado por el valle del Leitzaran. A lo largo de la vía hoy en día se pueden ver caseríos y edificaciones o restos de la zona minera que durante décadas dieron trabajo y vida a muchos lugareños.
Información MIDE:
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Acceso: Tomar la A-15 hasta Berastegi, donde podremos aparcar para después empredender la ascensión hasta Ipuliño y Larre
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Horario: El paseo desde la plaza ronda las 3.30 horas. Recomendable para realizar en familia pudiendo acortar el recorrido saliendo desde la zona parking junto a la A-15
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Distancia: 11,5km
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Desnivel positivo: 668 m
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Severidad del medio 2
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Dificultad orientación: 3
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Dificultad del terreno: 3
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Esfuerzo necesario: 2
Ipuliño sigue atento cualquier movimiento que se realice a ese lado o al otro de sus laderas. Ahora, el ruido que marca el ritmo de esta bonita cima es el que producen los vehículos que transcurren por la autovía de Leitzaran y se encargan desde Navarra a Gipuzkoa, aunque desde su cima apenas se aprecia.
Desde ella, y durante el ascenso, podemos disfrutar de las magníficas vistas de los montes que le rodean: Urepel y Mandoegi, en el límite de Navarra toda la línea de Leitzalarrea o el camino a Ulizar, las Malloak, Larrunarri, Aizkorri, Anboto, Udalaitz, Izarraitz, Aiako Harria, Hernio... Los días de buen tiempo incluso se puede ver Pirineos y los más audaces pueden distinguir la Mesa de los Tres Reyes. Un regalo para la vista y una oportunidad de imaginarse allí. Uno puede perder la noción del tiempo y el espacio incluso, mirando al cielo azul que estos días nos muestra Eguzki, después de haberse desecho de la capa gris persistente que nos ha cubierto estas últimas semanas.
Entre Adarra y Mandoegi
La cima está situada en la línea conocida como Adarra/Mandoegi y está rodeada por montes como Ipuliño, Altzegi y Urepel, entre otros, con Urepel como el punto más alto. La línea principal del macizo Adarra/Mandoegi toma su inicio en Hernani, elevando hacia el Sur las cumbres de Oindi (548 m.), Aballarri (642 m.) y el archiconocido Adarra ( 819 m.), como recoge Mendikat. Desde el Oindo (785 m.), cerrando por el N el valle de Leitzaran se dirige hacia el SE por Zaburu (781 m.), Azketa ( 835 m.) y Etzala 813 m.) para enlazar con la muga con Navarra en la extensa loma de Leuneta ( 887 m.). En este punto entroncan dos cordales más, el que asciende desde el N pasando por la cima de Garagartza (674 m.) y el que se incorpora por el NE procedente de Arano, que se sitúa en balconada por encima del valle del Urumea, siendo conocido por el único pueblo de Navarra desde el que se puede ver el mar.
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Subida desde Berastegi
La ascensión a Ipuliño no exige gran esfuerzo y permite disfrutar de una hermosa salida en la que además de las hermosas vistas, podemos conocer algunos monumentos megalíticos, otra de las bellezas de este cordal es su parque megalítico con abundantes menhires, dólmenes, túmulos, cromlechs.
De hecho, en el cordal Ipuliño-Uzturre se encuentra la estación megalítica de Belabieta, que se despliega por tierras de Berastegi, Elduain y Amasa-Villabona. En concreto, agrupa a ocho dólmenes (de los cuales el denominado Gorosmendi se encuentra soterrado por una escombrera de la A-15) y cuatro túmulos, que se construyeron en la Edad de Cobre y Bronce por los pastores de la zona para la inhumación de sus muertos. Monumentos que permanecen desde hace unos 5.000 años en lugares muy especiales, por su ubicación sobre los valles que los rodean. Un mapa informativo situado en el collado Gorosmendi ubica cada uno de los enterramientos prehistóricos y aporta datos en torno a los mismos. En el mismo collado se encuentra un dolmen y muy cerca, hacia el NE, en el collado Beibatarri (682 m.), se puede observar un túmulo.
Desde Gorosmendi, optamos a subir primero Larre (808 m.). Seguimos la pista que accede hasta la antena telefónica. Una vez en ella, comenzamos el descenso hasta Gorosmendi por el camino que nos conduce nuevamente a la pista. Desde ella accedemos a las señales que nos dirigen hacia Ipuliño. Antes de llegar a esta cima deberemos ascender una pendiente en la que nos encontramos un rebaño de ovejas y un grupo de ponys que nos miran sorprendidos, pero inmutables.
Tras alcanzar la zona alta de la loma, seguimos el sendero que nos sitúa en paralelo, las sierras de Aizkorri primero y Malloak después. Seguimos por el hayedo tras encontrarnos la señal en una piedra que indica Ipuliño. Tras ascender a la cima disfrutamos de las vistas y comenzamos el descenso siguiendo el habitual sendero.
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