Erakurri, tras los pasos de Basojaun

Basojaun nos esperaba en nuestra visita a la bonita localidad navarra de Ezkurra, donde como señor de los montes de los bosques conoce mejor que nadie la ruta que nos conduce a la cumbre de esta semana, Erakurri (1.142 metros), Desde ella, podemos disfrutar de una magnífica imagen de Larrunarri, Hirumugarrieta, Hernio, Adarra, Aiako Harria, Izaga, Saioa, Larun,... incluso el mar con Donostia como punto de referencia. Precioso y merecedor de un buen rato para disfrutar el espectáculo visual que ofrece.

Erakurri da nombre al macizo en el que se sitúa, en el que además se encuentra otra cumbre característica, Iruñarri o Elazmuño (1.050 m.), ambas separadas por el amplio collado Eskain (964 m.). Es habitual ver en los alrededores de las mismas pastando plácidamente a rebaños de ovejas e incluso vacas en esta zona en la que existía una vía de trashumancia. El lugar invita a imaginarse a los pobladores de la zona con sus animales pasando de un valle a otro en busca de pastos o en busca de un buen mercado donde poder cerrar un buen trato para ganarse unas monedas. Pobladores que se encontraban en estas lindes de Malerreka desde hace miles de años. Su presencia ha quedado perpetuada gracias a los monumentos megalíticos que pueblan la zona y de camino a nuestra cima de esta semana nos encontramos con el dolmen Maloko harria.

La magia envuelve cada rincón y cada elemento que nos encontramos en el valle de Malerreka, donde las creencias ancestrales sobre conjuras y remedios naturales siguen transmitiéndose de madres y padres a hijos. Tampoco olvidan los secretos de la fuerza de la luna que siguen teniéndose en cuenta en el cultivo de las verduras que después nutrirán sus despensas o a la hora de plantar o derribar un árbol, dependiendo del destino que se quiera dar a su madera. Todos esos conocimientos los guarda en su memoria Basajaun y no duda en transmitirlos a todos aquellos que se acercan hasta sus tierras, así como la historia que rodea a sus cumbres, como es el caso de Erakurri.

Erakurri, nos cuenta, es una discreta cumbre del valle navarro de Malerreka, en el que el viento acerca al caminante historias de sus antiguos pobladores que fueron perseguidos y castigados por escuchar a la Naturaleza.

Es la cumbre más elevada de cuantas forman el largo cordal que separa los valles del Bidasoa, al Norte, y de Malerreka, al Sur. Sus vistas son espectaculares y permiten girar sobre uno mismo sintiendo el silencio roto por el graznido de un cuervo o cualquier otra ave que se desliza sobre nuestras cabezas sin percatarnos de ello hasta que su sombra se proyecta sobre nosotros. Algo habitual, ya que no extraña ver a los buitres con sus enormes alas extendidas en la zona, mientras rastrean cada rincón del monte en busca de alimento.

Erakurri nos permite disfrutar de una magnífica perspectiva de la hermosa cumbre de Mendaur (1.136 m.) que queda en el extremo más oriental. Hasta llegar a ella podemos seguir la línea de monte en la que se encuentran Ekaitza, Mendieder,... Al Oeste de erakurri se halla el alto de Ezkurra o Usategieta (670 m.), que son realmente dos altos distantes dos kilómetros. Precisamente el alto de Ezkurra une los macizos de Adarra/Mandoegi, a través de Eguzkizko Muñoa ( 1.081 m.), Irakurri/Mendaur y el cordal Kornieta/Zuparrobi.

Cabe destacar que en los alrededores de Erakurri nace el río Urumea que recorre unos 40 kilómetros antes de llegar a su desembocadura. Es un río cuyas aguas brotan de la tierra, formando una zona muy estimada por especies como la rana Bermeja. Sus aguas atraviesan tierras de Goizueta, Hernani, Astigarraga y los barrios donostiarras de Martutene, Egia, Gros, Amara y centro de San Sebastián. La ubicación de este monte, en uno de los lugares más lluviosos de la Península, nutre de abundante agua al Urumea hasta el mar Cantábrico, pero también lo hace con el río Ezkurra, que nace en el otro lado del monte y llega hasta el río Bidasoa, cuyas aguas acaban en la vertiente mediterránea. Un tercer río nace en tierras del Erakurri, el río Gorriztaran que llega hasta el Leitzaran antes de llegar al Cantábrico.

Erakurri da nombre al macizo en el que se sitúa, en el que además se encuentra otra cumbre característica, Iruñarri o Elazmuño ( 1.050 m.), ambas separadas por el amplio collado Eskain (964 m.). Es habitual ver en los alrededores de las mismas pastando plácidamente a rebaños de ovejas e incluso vacas en esta zona en la que existía una vía de trashumancia. El lugar invita a imaginarse a los pobladores de la zona con sus animales pasando de un valle a otro en busca de pastos o en busca de un buen mercado donde poder cerrar un buen trato para ganarse unas monedas.

Pobladores que se encontraban en estas lindes de Malerreka como en el resto del valle desde hace miles de años. Su presencia ha quedado perpetuada gracias a los monumentos megalíticos que pueblan la zona. Perfecta para el descanso eterno, porque cada uno de los dólmenes, cromlechs o menhires que nos encontramos en el camino muestran la sabiduría de aquellos hombres y mujeres que eligieron lugares mágicos para ubicar su tumba. Muy cerca de Erakurri nos encontramos un ejemplo de estos monumentos prehistóricos, el cromlech de 'Ezkaingo lepoa' o 'Jentil Baratza'.

Erakurri es una de esas cumbres que enamora y cada vez que la visitas te embarga con su belleza. Es un mirador perfecto en los días soleados de poca bruma en los que se puede ver la bahía de Donostia con su isla. Impresionante estampa del marco incomparable al que nos conduce Basojaun. Su acceso desde Ezkurra es sencillo y hay que destacar que está perfectamente marcado todo el trayecto con marcas blancas y azules, que nos adentran por preciosos bosques plagados de centenarias hayas.

Siguiendo la pista que nos conduce por caminos carretiles en los que el musgo inunda las antiguas paredes que los delimitan seguimos el recorrido que nos conduce al collado Eskain (964 m.), lugar cuya toponímia nos sitúa en un lugar donde sus antiguos pobladores realziaban las ofrendas a sus dioses para agradecer sus favores o su protección.

En ese punto nos encontramos con las señales que nos sitúan a un lado Erakurri y al otro, Iruñarri. Optamos por acercarnos primero a este último para ver su menhir, de unos 3 metros de altura. Regresamos por el mismo camino para afrontar la última que nos conduce hasta Erakurri y solo nos queda respirar hondo y disfrutar de las vistas. Desde Irakurri podemos disfrutar de una magnífica imagen de todas las cumbres y valles que pueblan el territorio hasta el fiero mar Cantábrico. Estampa en el que destaca la bahía de La Concha con su preciosa isla de Santa Clara.

El regreso por el mismo recorrido nos conduce hasta Ezkurra, donde en su asador degustamos un buen hamaiketako tras despedir a Basojaun.